#a lo mejor no hay plazas y se queda en nada pero la verdad me hace algo de ilusion
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aparentemente estoy a punto de embarcarme en ese infierno conocido como estudiar y trabajar a la vez
#a ver que tal#asi en junio tendre el doble de titulos y de dolores de cabeza#a lo mejor no hay plazas y se queda en nada pero la verdad me hace algo de ilusion#el poder del backend y el frontend en una sola persona#y si sale bien quien sabe a lo mejor me apunto a la uni el año que viene total el primer año me convalidaran varias asignaturas y tal
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"¡Increíble! El NUEVO Kia EV3 DESAFÍA al Tesla Model Y - ¡No Lo Podrás Creer!" - Acabé de leer sobre este nuevo SUV eléctrico asequible de Kia, el EV3 y, de verdad, se me erizó la piel al ver las características que promete. Por un lado, admiro a Kia por seguir siendo de las marcas líderes que están impulsando la onda de los autos eléctricos. No es nada fácil en el mercado actual poder mantener ese compromiso a la sustentabilidad ambiental en la producción de vehículos. Además, siempre cumple con estilos propios y frescos. Bravo por Kia. Pero vamos con los detalles. El EV3 ofrece un "rango de más de 250 millas" según el informe de Road and Track. No está mal, ¿verdad? Pero, ¿que tal si la competencia ofrece lo mismo y por menos precio? Ahí está el truco. Estamos en pleno 2022 y es lo mínimo que esperaríamos en un EV. ¿Quieres destacar en el mercado? ¡Crea algo que realmente sobresalga! El precio del EV3, aproximado a los $30,000, lo coloca directamente en competencia con automóviles eléctricos como el Chevrolet Bolt y Nissan Leaf. Sin embargo aquí viene una de mis críticas más fuertes: No debería ser un tema de competir al mismo nivel, sino de superarlo. De hacer realmente la diferencia. Sí, tal vez pretendan llamar la atención con los faros LED de matriz de píxeles, lo cual suena impresionante, no lo niego, pero ¿realmente es eso suficiente para hacer que valga la pena elegir el EV3 en lugar de otras opciones eléctricas asequibles que hay en la plaza? Estamos en una carrera espacial de los autos eléctricos y lo que piden los consumidores es un paso más allá de lo que ya existe. Ya no basta con ser un auto eléctrico asequible, es necesario ofrecer ese extra que encantará a los conductores y les hará optar por un modelo en particular. Deberíamos estar viendo avances en autonomía de recarga, en eficiencia de las baterías y un diseño realmente rompedor. Desgraciadamente, el EV3 parece sólo ser otro escalón en la escalera que esperábamos que fueran peldaños hacia lo innovador. Por otro lado, no todo es tan negativo. Kia sugiere que el EV3, pese a ser un vehículo “asequible”, pretende dar un toque premium. Aquí tenemos una estrategia riesgosa, pero interesante. En teoría, mezcla lo mejor de ambos mundos, dándole a los clientes potenciales una calidad premium a un precio razonable. Me parece una jugada inteligente por parte de Kia, aunque queda por ver cómo lo logran. En resumen, aplaudo los esfuerzos de Kia para seguir impulsando la adopción de autos eléctricos y hacerlos más accesibles. Sólo espero que continúen innovando y buscando maneras de destacar en un mercado cada vez más saturado. Y ustedes, ¿qué opinan del EV3? ¿Elegirían este modelo sobre otros eléctricos en el rango de precio similar? Mi reto, amigas y amigos, para Kia: el siguiente modelo tiene que ser *el* modelo, uno que muestre un paso más grande en la evolución de los eléctricos. ¿Serán capaces de lograrlo? No puedo esperar para verlo. Espera mi siguiente reseña en mi canal de YouTube para analizar más a fondo las características del EV3, pero por ahora les dejo con esa incertidumbre. Hasta luego y no se olviden de mantenerse al volante! #ElectricCars #EVCraze
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Siempre te he deseado lo mejor, te dije incluso una vez que esperaba que tuvieras a alguien mejor y que te hiciera más feliz. Saber hasta por accidente que te han salido bien las cosas son la mejor terapia para mis días.
Y sé, entiendo el error que fué haber escrito algo donde no debi, sabiendo o no si llegaría a alguna parte, pero mas que nadie debieras entender que hay momentos donde ya el mundo te consume, te quedas fatal y sientes que explotarás. Con esto no digo que haya estado bien, pero simplemente me consumió la necesidad de escribir algo con la sensacion de que te miraba a ti. Ya no tengo la libertad de Tumblr, y busque lo más que pudiera acercarme a la esencia que eramos antes para liberar un poco de presión. Si hubiese querido molestar como tu lo tomaste, haber querido hacerte sentir mal, tenía opciones a la mano mucho más sencillas. Instagram, facebook, telegram... Acceso a ti directo, pero no quería eso.
Buscaba, y el intermediario incluso me dió la razón de que es algo que si sucede, sentir que era tu reflejo. Esa necesidad mortuoria de buscar algo muy nuestro que te haga sentir hablar con la otra persona para poder liberar un poco de presión, asi como escribir una carta que nunca enviarás. Sé que ocurre. Y te aseguro que si no hubiera estado en las condiciones en las que me encontraba ese día, nunca te habría llegado nada al celular.
Dejaste una brasa que de vez en cuando incinera mi ser por dentro, que no se apaga y sin agua no sé cuanto más terminará quemando. Y no es por irte, porque te prometo por mi vida que eso lo entiendo, que acepto que no estés y que nuestros caminos lamentablemente ya se separaron. Pero esta brasa que me quema el inconciente me grita cada día "¡Por qué así!?", Tantas cosas que simplemente no tienen sentido, por qué pareciera que solo te aseguras de taparte los ojos para que todo sea una imagen mala de las codas, que cada accion hasta aceptando en su comienzo la razón de qué la detonó, termine después siendo palabras al aire que solo te dejan la primera mala impresión que tomaste, como si fuese un juego el escuchar.
El mismo confuso mes de enero en que despues de tanto solo quedaste con omitir que pasó en verdad, despues de decir y contradecir las ideas que demostrabas, que para ti puede ser una tontera pero yo nunca pude sacarme de la mente que pasó contigo, qué fue real o si solo fue un juego para disfrutar. Porque incluso nunca pudiste siquiera ser sincera contigo misma y razonar que te sucedio en esos momentos, solo bloqueaste y diste excusas que carecen de razón y coherencia en todo lo que pasó.
Y así nunca quisiste sacar esa incomodidad que plantaste, como sucedio con lo de la clínica, pero ahora con relacion a nosotros... En la mente de uno queriendo entender, por un lado creer que era gozo del show que se generaba, quizas era un método de vengarse por no haber hecho las cosas bien, quizas si pasaba algo pero preferías todo antes que abrirte y dejar salir algo. Y aún así, dolido y tratando de reparar solo todo, no puedo ni siquiera odiarte, ni en ese entonces ni ahora. Ni cuando quedé sentado al frío de mi plaza favorita tratando de amortiguar el dolor que no me dejaba moverme cuando acabamos de conversar, ese dolor que no me permitió ni pedirte un último abrazo ya que supuestamente habías aceptado las "emociones" que estabas detrás de los malos eventos que ocurrieron, liderado por la iniciativa de tu terapeuta. Y todo para que despues siguiera igual. Preguntarme si prefería que no hubiese mas contacto o ser bloqueado de todos lados y olvidarnos, pero al final aún eligiendo la 1era opción, quedó todo igual, sin contacto, bloqueado, y yo pensando si el juntarnos fue otro momento de burla hacia uno, si fue una nueva venganza o por qué entonces nada de lo que aceptaste fué en verdad eso.
Todas esas incoherencias me llevan quemando el alma cada día y solo quiero librarme de ella, porque como te dije, hace tiempo ya acepto que nada será ni volverá a ser, pero esa brasa dañará mi alma y mente por mucho tiempo asi como a ti notoriamente te daña la propia tuya.
Yo obviamente espero cada día que estes mejor y feliz, pero nunca has podido dimensionar todo lo que hay detrás y porque es tán dificil no mutilarse en el proceso de alejarme y no intervenir de manera indirecta. Y ojalá nunca lo sufras.
Solo me queda acudir al tiempo para dejar de sentirme asi.
Te apoyo en cada una de tus decisiones para avanzar, pero no entiendo la forma que utilizas que te hace parecer una persona desconocida y volatil.
Te aseguro que no volveré a generarte molestias, a menos que vengas aquí donde trato de liberar presion, que no devieras si supuestamente tu no me buscas.
Adios.
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Chanel, la vida después de Eurovisión: “No soy un títere”
Todo empezó envuelto en una polémica convertida casi en debate nacional, pero acabó con lágrimas de felicidad por el tercer puesto en Eurovisión. Chanel ha elevado la canción ‘SloMo’ a los altares de la música. No ha sido fácil para esta catalana nacida en Cuba y ella sabe que le queda mucho camino para convertirse en la estrella que quiere ser. Está claro: este es su momento. Así lo piensa aprovechar.
Raquel Peláez
25 jun 2022 - 03:40 UTC
“Te voy a contar un secreto. Algo que no le he dicho a nadie más”, confiesa con una sonrisa traviesa Chanel Terrero (La Habana, 31 años) —a partir de ahora, simplemente Chanel— cómodamente sentada en una silla de diseño de cuero en la sala de reuniones de Pan Creative Studio, la agencia que se encargó de pulir su imagen para Eurovisión. Fuera hace calor y los señoriales árboles del barrio madrileño de las Salesas se balancean a la vez que ella, una mujer menuda e hiperactiva vestida con un peto Levi’s y un top corto marrón que parece una chiquilla. Su estampa en la intimidad está muy alejada de la diva de rompe y rasga ataviada con un bodi negro lleno de tachuelas brillantes, diseñado por Palomo Spain, que consiguió un tercer puesto, el mejor resultado de España en el Festival de Eurovisión en los últimos 27 años. Pero la diva sigue ahí dentro: “Estoy aprendiendo a ser una business woman, como dice Nathy Peluso. Hay muchas cosas que me quedan por aprender, muchas que todavía no controlo. Pero yo soy la líder de mi equipo. No soy un títere”, dice sin perder dulzura. El secreto que quería confesar es el siguiente: “La semana que hice la actuación en Turín estaba muy enferma. Obviamente no era covid, porque nos hacíamos pruebas todos los días. Pero me levantaba cada mañana tiritando, con fiebre, mal, y no se lo dije a nadie porque sabía que, en cuanto diese la voz de alarma, se iba a liar, y lo último que quería era que nada interfiriese en aquel momento”.
“Aquel momento” fue la culminación de cuatro meses en los que construyó lo que otras tardan años: una identidad artística y fama internacional. Al día siguiente de su triunfo en Turín, Chanel, lejos de descansar y a pesar de que no se encontraba bien y de que sus ojos acusaban una aguda conjuntivitis, actuó con gafas de sol y la energía que le quedaba ante más de 9.000 personas en la plaza Mayor de Madrid, ciudad que celebraba sus fiestas patronales. Saludó al alcalde, José Luis Martínez Almeida; a la portavoz de Ciudadanos, Begoña Villacís, y se hizo selfis con todos y cada uno de los que se lo pidieron (Almeida y Villacís incluidos). Pero es que a la mañana siguiente tampoco pudo echarse a dormir, como le pedía el cuerpo. En una jornada maratoniana de entrevistas estipulada por contrato con Televisión Española, estuvo atendiendo con la mejor cara a los periodistas, que le hacían una y otra vez preguntas similares.
Aunque Chanel jamás abandona su retórica de trabajadora incansable, cuando se le pregunta si los que la rodeaban tiraron demasiado de ella, cuenta: “Hubo un día en el que llegué a casa después de una semana entera de viajar, ensayar y rodar. Me eché en la cama y me entró un ataque de llanto. Es verdad que agarro bien las riendas y generalmente me digo: ‘Soy fuerte’, pero hubo un punto en el que físicamente me caía. Aquel día literalmente no me podía desvestir. Ahí sí pensé: ‘Se pasan o, bueno, se pasa la situación”, explica sobre los momentos más duros de un maratón que comenzó en enero de este año, cuando Tony Sánchez-Ohlsson, un asesor externo de RTVE que desde hace años ofrece canciones al Festival de Eurovisión y que la conocía de su faceta como actriz en musicales, le dijo: “Tenemos una canción que te pega muchísimo”.
No se equivocaba, está claro; pero en ese momento, aunque la cantante, actriz y bailarina era conocida en su circuito artístico por tener un perfil completo dificilísimo de conseguir (canta bien, baila muy bien, actúa sobresalientemente, según palabras de Nacho Cano, su gran valedor); había participado en grandes éxitos de taquilla como El Rey León, Mamma Mia o Flashdance, e iba a protagonizar La Malinche, la faraónica obra sobre la historia colonial de México que obsesiona desde hace años al compositor de Mecano, ella era para el gran público una total desconocida sin canciones propias.
Cuatro días después de su polémico triunfo en el Benidorm Fest, Javier Doria, responsable de artistas y repertorio de BMG (compañía que gestiona el catálogo de Nacho Cano), estaba llamando a las puertas de Pan Creative Studio. Eran las jornadas más duras del linchamiento público, cuando las acusaciones racistas y la crueldad de la que solo son capaces las redes sociales asediaban a la chica de origen cubano pero corazón catalán —y viceversa— que iba a representar a España ante toda Europa. La misión era revertir la situación. “Cuando nos presentaron el reto, nos pareció interesantísimo, pero también difícil”, cuenta Melania Pan, directora de la agencia, “pero cuando la conocimos a ella, no tuvimos ninguna duda de que al final se ganaría al público”. La vistieron con ropa de los mejores diseñadores (no todo el mundo puede ir de Balenciaga a El Hormiguero); pusieron a su disposición a Rubén Mármol, uno de los maquilladores más respetados del mundo por los grandes fotógrafos de moda, y se ocuparon de que sus bailarines estuvieran al mismo nivel estilístico. De febrero a mayo, la cantante no descansó ni un solo día. No era algo nuevo para ella, pues venía de una profesión en la que dos pases diarios de dos horas y media de duración seis días a la semana en un total de 200 representaciones por temporada son lo habitual. El nivel de exigencia lo resume perfectamente Raquel Caurin, una de sus bailarinas, curtida durante años en las giras internacionales de Joaquín Cortés: “Yo estaba acostumbrada a trabajar igual de duro en espectáculos que abarcan meses, pero es que aquí, para una canción de tres minutos, hemos trabajado al mismo nivel”.
Sentada en una silla, con ojos cansados después de una larga reunión en la que ha estado hablando de sus proyectos futuros, entre los que se encuentra aparecer en la próxima temporada de UPA Dance, Chanel reconoce que cuando por fin pudo cerrar la puerta a las multitudes y marcharse de viaje 10 días con su pareja se sintió muy extraña: “Fue como echar el freno de mano a un coche que va a toda velocidad. Dormí a pierna suelta, comí cosas ricas y me bañé en el mar, porque soy muy disfrutona. Pero era muy consciente de que al regresar tendría que volver a arrancar a tope”. Tras la breve pausa, no le quedaba más remedio que hacer frente a la pregunta que nunca se quiso hacer cuando estaba subida a la locomotora Eurovisión: “Y ahora ¿qué?”.
SloMo lleva ya 24 millones de reproducciones en Spotify. Pero en realidad no le pertenece. “Que la canción no sea mía no es un problema. Es como cuando en los musicales interpretas un personaje. Simplemente lo haces tuyo”, dice la cantante, que se enfrenta ahora a otro maratón en el que las actuaciones veraniegas son un peaje necesario, pero cuyo objetivo final es tener más de un tema, a ser posible varios, que interpretar antes de que acabe el año. Ella asume con naturalidad que si Eurovisión es el festival europeo de la canción es precisamente porque lo que se presenta a concurso son canciones, no artistas.
“Puede llegar a suceder que un tema presentado no tenga un cantante que lo interprete, como fue el caso”, explica Leroy Sánchez, el compositor de esta tonada que, antes que a Chanel, ofreció a Jennifer Lopez. Sánchez salió con 17 años hacia Miami desde Abechuco, un pequeño pueblo de Álava donde ya componía canciones que subía a YouTube. “Cuando fue la oleada de odio, lo peor se lo llevó Chanel, ¡pero no sabes las burradas que me decían por ser vasco!”, comenta risueño por teléfono desde Los Ángeles. Exabruptos similares tuvieron que aguantar Josh Huerta y Exon Narcos, los bailarines de origen latinoamericano, y la propia Chanel, quien ya vivió episodios racistas cuando era una niña y los compañeros de gimnasia rítmica la rechazaban por “negra”: “Es curiosa esta profesión. Mi color de piel, que en otros momentos me cerró puertas, pues quizá me las abrió para musicales como El Rey León”.
Todos los miembros del equipo están unidos por un espíritu aventurero e internacional que también representa perfectamente Leroy Sánchez, quien se mudó a Estados Unidos en busca de su sueño: componer para las estrellas. Más tarde, en la ciudad de las estrellas, consiguió entrar en el circuito de compositores que se reúnen en grupos de brainstormings musicales para crear canciones que pasan al catálogo de las editoras y que aspiran a convertirse en hits. De este tipo de sesiones salen las canciones de Beyoncé, por ejemplo, o las de Anitta, en las que Sánchez ha participado. Todos los compositores quieren formar parte de ese olimpo, pero solo unos pocos lo consiguen: “Cuenta la leyenda que una de las compositoras de Firework, el gran hit de Katy Perry, cobra cinco millones al año por derechos de autor”, comenta ante la insistencia de la periodista en saber cuánto dinero ha dado o va a dar SloMo, canción que compuso conjuntamente con otros cuatro creadores: “¡Quién sabe cuántas veces la pueden estar poniendo en una televisión alemana!”.
Sí tiene claro que su vínculo con Chanel no se acaba después de este éxito. Ella le denomina “mi ángel”, y el sentimiento es recíproco, a pesar de que cuando presentó SloMo a BMG, propietaria actual de la canción, no la conocía de nada. Sánchez recuerda que en la edición anterior de Eurovisión había vivido una experiencia amarga con otra composición suya que cedió a Blas Cantó, pero que no fue tratada como él quería, así que esta vez fue tajante: “Tengo muchísima fe en este tema y lo estoy guardando con todo mi ser, pero, si os acaba gustando, quiero que sepáis que solo va a concursar si se hace como yo diga”. Así que fue él quien eligió a Chanel. “Cuando la escuché, su voz resaltó entre el resto de las candidatas, tenía un tono muy diferente, muy cálido, pero a la vez muy sexi. Entonces dije: ‘Vale, sabe cantar, guay, pero quiero ver el lenguaje corporal”. Y ahí entró en la ecuación Kyle Hanagami, el coreógrafo que abandonó su prometedora carrera como economista en Berkley para bailar y al que Sánchez conoció en un cumpleaños en Los Ángeles. Desde entonces, autodidactas los dos, son inseparables. “Cuando Chanel hizo por primera vez la coreografía, le dije que iba a ser muy difícil, por los movimientos en el suelo, y le pregunté si quería cambiarla. Dijo que no, y me mostró que no tenía miedo a parecer idiota para acabar pareciendo genial. Hay muchos artistas que no están dispuestos a eso y que quieren parecer geniales desde el principio”, cuenta Kyle desde Canarias, adonde ha volado desde Estados Unidos para volver a pulir la coreografía antes de la actuación de la cantante en el Carnaval de Tenerife. “Arriesgamos con Chanel, es verdad, pero es que de pronto todo encajaba a la perfección. Y ella es un amor…”, apunta Sánchez.
Chanel es, en efecto, una persona a la que muchos de sus antiguos compañeros definen como afectuosa, amable y cuidadora. Ella misma admite que su principal defecto es querer agradar a los demás y no saber decir no. “Mi madre me ha dicho muchas veces eso de ‘eres demasiado buena”. La cantante cuenta que quizá esa necesidad de agradar le viene de los años en que pasó de la gimnasia rítmica al ballet: “Ahí me trataron muy bien y fui muy feliz, pero siempre sentía que no era suficiente, que tenía que dar más”. Ahora admite que trata de sobreponerse también a esos límites y, como han hecho las divas que admira, controlar totalmente su propia carrera: “Cuando era más joven me vi muchos documentales de Beyoncé y siempre admiraba su forma de trabajar, porque, claro, yo soy muy risueña, enseguida me intento poner en la piel de otras personas y me impactaba mucho ver cómo ella, sin faltar al respeto a nadie, daba órdenes: esto está mal aquí, estos planos hay que volver a grabarlos, nos quedamos aquí 12 horas más si hace falta”.
Ahora que ya no mantiene vínculo contractual con Televisión Española ni con BMG, al menos de momento, más allá de SloMo, ha empezado a tomar decisiones unilaterales. La primera es ir a grabar canciones para un futuro disco a Los Ángeles con su amigo Leroy: “No puedo decir todavía cómo será, pero obviamente, por mi legado y mis gustos, la huella latina será muy fuerte”. Y esta vez sí figurará como autora: “He aprendido, y no a mal rollo. Esto es como una relación de pareja. Cuando se acaba y pasa el tiempo, te das cuenta de las cosas que vas a permitir y las que ya no te valen”, explica. Entre las cosas que ha aprendido también menciona una y otra vez que no quiere volver a revelar detalles de su vida personal (quién es su novio, por ejemplo) ni hablar de su familia. Cuando aún sí se prestaba a ello, trascendió la historia mil veces contada de su madre, que se vino de Cuba a España por amor en 1994 —y que la llamó Chanel porque su perfume favorito era el Nº 5—, y que su abuela es una de las personas más importantes de su vida. “Pero cuando los periodistas se presentaron en su casa, me di cuenta de que eso había que pararlo”, dice con un mohín que se acerca al enfado.
El día que regresó de Turín, a pesar del aturdimiento y el cansancio, Chanel ya tenía claro que nada de lo que le había pasado iba a cambiar sus planes de estrenar como protagonista el musical de Nacho Cano La Malinche. Y así se lo contó a este periódico en los camerinos de Televisión Española, antes de la actuación en la plaza Mayor. Lo mantiene. Ella vivió las horas más bajas de ese proyecto, que se vio envuelto en una gran polémica por la línea argumental del espectáculo —la historia de amor entre La Malinche, una indígena americana, y Hernán Cortés— y por el controvertido plan, abortado luego, de levantar una pirámide de inspiración azteca y 29 metros de altura en el barrio de Hortaleza (Madrid) para alojar la obra (finalmente está previsto que se estrene en Ifema en septiembre). “Claro que nos afectaba porque eran cosas que nos parecían injustas. Nosotros desde dentro veíamos la pureza, las ganas y la ilusión, los años que Nacho había echado en ese proyecto, y era muy frustrante vivir todo eso”. Cuando se le pregunta si ha pensado que, irónicamente, ella, a quien Nacho Cano estaba dando una oportunidad, es quien le va a dar la oportunidad al musical de resurgir con más fuerza que nunca, contesta con modestia: “No lo veo así”.
La única familia de la que quiere hablar ahora es de los miembros de su equipo, de los que no va a prescindir mientras sea posible, aunque los contratos anteriores se hayan acabado y los nuevos —de los que no quieren dar detalles— aún no se hayan firmado. Los bailarines corroboran que confían en ese pacto de lealtad. “En esta profesión te guías mucho por las energías y entre nosotros todo fluye muy bien. Lo que se ha visto en el escenario es la mejor prueba de lo bien que nos llevamos. Y es muy difícil encontrar estas dinámicas en esta profesión, en la que hay muchos egos”, explica Josh Huerta el mismo día en que todos se han vuelto a reunir después del receso pos-Eurovisión. Kyle Hanagami tampoco se baja del tren porque insiste en que el futuro de Chanel es convertirse en una estrella global: “No es un sueño pequeño, pero ¿alguien me va a decir que no lo vamos a lograr?”.
Créditos de equipoEstilismo Beatriz Moreno de la CuevaAsistente de estilismo Diego SernaAsistentes de fotografía Mathieu Boutang, Enrique Escandell y Carles Arnan Maquillaje y peluquería Rubén Marmol @Kasteel Artist Management para Mac Cosmetics y L’Oréal Professionnel Paris Producción Maia Hoetink Técnico digital Javier Scatto. 50% de descuentoContenido exclusivo para suscriptoresLee sin límites
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Sobre la firma
Raquel Peláez
Licenciada en periodismo por la USC y Master en marketing por el London College of Communication, está especializada en temas de consumo, cultura de masas y antropología urbana. Subdirectora de S Moda, ha sido redactora jefa de la web de Vanity Fair. Comenzó en cabeceras regionales como Diario de León o La Voz de Galicia.
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CHISMÓGRAFO
INSTRUCCIONES DEL CIBERCHISMOGRAFO:
SI FUISTE ETIQUETADO, TIENES QUE RESPONDER Y ETIQUETAR A OTRAS SIETE PERSONAS.
LA IDEA DE ESTO ES QUE CONOSCAS UNPOCO MAS DE TUS AMIGOS. NO SABES LO QUE VAS A APRENDER DE CADA UNO DE ELLOS.
PROHIBIDO MENTIR
1. ¿QUÉ HORA ES?: - 15:43pm
2. ¿TÚ NOMBRE?: - Ahí está mi nombre, hijo de tu perra madre, está escrito ahí arribita, en mi puto nombre de usuario. Pendejo.
3. ¿CUÁNTOS AÑOS TIENES?: - 24
4. ¿ESTUVISTE ENAMORAD@ ANTES?: - A ti qué te importa. Pero sí, ahí anduve como pendejo atrás de un güey durante seis años. Yo iba a donde al Isidro se le antojara porque estaba bien enamorado de él. Hasta que se le antojó morirse el otro día y ya no pude ir atrás de él.
5. ¿ESTÁS ENAMORAD@ AHORA?: - Cómo voy a estar enamorado ahorita, si te estoy diciendo que Isidro fue el amor de mi vida y lo acabo de enterrar hace una semana. Si no he podido sentirme cercano a otro que no sea él, si no hay otro futuro mas que el que él inventó, ¿tú crees que voy a andar enamorándome de otro cabrón?
6. ¿ARTISTA FAVORITO?: - El Isidro y yo nos quedábamos noches enteras oyendo a Víctor Jara y a León Chávez y a Violeta Parra. Me gustan mucho esos tres. Isidro me los mostró, me enseñó su música y me enseñó a tocar la guitarra. Dice Martiniano que en la montaña, revolucionario todo es ahí, que anda clandestina una mariposa, y su responsable es un colebrí. Allá de andar el Isidro.
7. ¿CANCIÓN FAVORITA?: - Antes de que Isidro me enseñara esa música, yo tenía un disco de Gorillaz. Como a los dieciséis o diecisiete años. A veces, cuando cogíamos, yo lo ponía en el estereo. A Isidro también le gustaba. Cantaba a veces. Me ayudó a aprenderme On Melancholy Hill en acústico y se la canté. Se la cantaba casi siempre, después de coger. Él me decía Plastic Bitch. Yo creo que mi canción favorita sí es On Melancholy Hill. Creo que me pega muy hondo acá en el pecho. Cuando suena el silbido, el tutú tutu tutútu, me imagino que voy en un catre que flota en el océano, pero no me mareo ni me mojo, nomás ando acurrucado con el Isidro y nos vamos alejando por el mar, en silencio. Lejos de la ciudad y de los problemas carnales de quién tiene más comida, de quiénes se mueren de hambre. Nos alejamos y suena up on mellancholy hill there's a plastic tree, are you here with me?
8. ¿AMASTE TANTO A ALGUIEN COMO PARA LLORAR? - Lloré un chingo de veces con el Isidro. Lloré de todo, de amor y de dolor y de enojo y de puta soledad. Sobre todo de soledad, yo creo. Lloré también en todos lados.
9. ¿FUMAS?: - Había dejado el tabaco, hasta la semana pasada. Me he chingado unas cuatro cajetillas en estos días, yo creo. La mota esa sí nunca la dejé de fumar. Aunque luego ahí dicen que las drogas son antirrevolucionarias, que porque son una herramienta de control y no te dejan estar preparado pa la lucha. Y estoy de acuerdo, creo, pero parte de la revolución debe ser la libertad de ponerse tan pacheco que ya todo se oiga como un zumbido y las luces se barran cuando muevas la cabeza. Es de los vicios que no me ha podido quitar, junto con la cocacola
10. ¿COMIDA FAVORITA?: - El mole dulce, definitivamente mi comida favorita es el mole dulce. Me hace pensar en fiesta, en festejo de quince años o en bautizo o en boda. Yo odiaba, odio, al matrimonio, por ser institución contrarrevolucionaria, por ser herramienta de control. Pero creo que todavía a veces, medio modorro cuando me acabo de levantar, pienso "ojalá y pudiéramos casarnos los jºt0s", pensaba esas veces que si me casaba con el Isidro, nos podíamos ir a sembrar a algún lado, a poner una escuela popular, a fumar mota juntos, encuerados en la cama, y que me escuche cantarle melancholy hill.
11. CANCIÓN QUE ESTÁS ESCUCHANDO EN ESTOS MOMENTOS: - Nada, ya no hay música. Puritito silencio.
12. ¿TE GUSTA ALGUIEN?: - Te acabo de decir que se me murió el amor de mi vida hace una semana. ¿Cómo me va a andar gustando alguien? Y de todos modos ¿a quién conozco yo? No tengo ningún compa, todos eran amigos de Isidro, no creo que con ninguno pueda entablar una conversación que no gire en torno a él. Creo que estoy tan solo como he estado los últimos cinco años, pero ahora es más evidente.
13. PELÍCULA FAVORITA: - La boda de mi mejor amigo, yo creo. Otro gusto contrarrevolucionario, quizá de ahí salió la idea tan fija de casarme. Pero ¿sabes qué? no fue nomás eso, y yo no fui el único que quería casarse. El mismo Isidro me dijo una noche de marihuaniza y cogedera, me dijo "Ámonos, tú y yo" y le pregunté que pa dónde y me dijo "Creo que en Puerto Vallarta si nos dejan casarnos" y se quedó en silencio un rato "Y si no, igual podemos agarrar un terreno, creo que tengo guardado suficiente para comprar un terrenito, para sembrar, poner una tiendita, hacernos viejos ahí" yo no sé por qué le hice caso, si bien que yo sabía que ese güey hablaba nomás por hablar, pero se sentía bonito escucharlo, y le siguió "nosotros ya hicimos mucho por la lucha popular, mucho más que lo que cualquiera de estos pendejos puede decir, tú y yo ya deberíamos poder irnos sin culpa" pero no era cierto, el güey sentía un placer doloroso en estar ahí, en echarnos en cara a todos que le estaba entregando su vida al movimiento.
14. ¿ÚLTIMA VISITA AL HOSPITAL?: - Le apreté la herida del balazo al Isidro y así me lo llevé en los asientos de atrás del carro del Fede. Yo iba gritándoles que les valiera verga si lo encontraban, que el amor de mi vida se estaba desangrando y que teníamos que tratarlo en un hospital. Llegando allá fue la última vez que lo vi con vida, lo metieron en una camilla y nos lo entregaron en una bolsa. En el carro me veía con sus ojotes como de perro, vidriosos y tiernos, y yo le pregunté qué tienes Isidro, qué pasó, y él como que quería hablar pero no hablaba, nomás me veía y se le llenaban los ojos de todas las lágrimas del mundo.
15. ¿DÓNDE TE VES EN 15 AÑOS?: - No me veo, ya dije. Isidro se llevó el futuro. Se llevó todos los futuros posibles. Se llevo todos los futuros que me platicaba. Por acá que pase un tren de pasajeros, para que la gente pueda ir a trabajar, y quitar el pavimento de acá, que no sea para coches, que sean árboles. El estacionamiento de aquí de Plaza Fórum podría usarse para enseñar mecánica, carpintería, construcción, cosas de esas, y arriba enseñar a leer, escribir, sumar, restar, interpretar lo que se lee. El estacionamiento de hasta arriba puede servir para enseñar cultivo. Nomás se murió y todos esos futuros se me revelaron como imposibles. En 15 años no me veo. O quizá sí. Junto a Isidro, matando canallas con nuestro cañón del futuro.
16. ¿TIENES MASCOTAS?: - No. Ando apenas llegando a la ciudad. No sé si me quede. Pero me gustaría un perro. Cuántas ganas tengo de un perro.
Mentí hace algunos puntos. Sí escucho música todavía, pero me avergüenza. Me avergüenza el sonido de la música sin él, se siente irrespetuoso y horrible. Pero escucho a Silvio, Silvio diciendo "Aquí se queda la clara, la entrañable transparencia, de tu querida presencia, comandante Che Guevara". Aquí se queda la entrañable transparencia de los ojos de Isidro.
17. ¿QUÉ CAMBIARÍAS DE TU VIDA?: - Si pudiera elegir mi vida, estaría atendiendo una tienda de abarrotes lejos de aquí, atendería a un morrito que me pediría un gansito, o una cocacola, aunque sea antirrevolucionario, y entonces pensaría "hoy voy a cerrar temprano" y bajaría la cortina de metal y pondría el candado y me metería a la casa y me encontraría con Isidro en el comedor, haciendo panfletos para algo, yo creo que para un curso de escritura o algo, y yo me sentaría con él, y luego nos pondríamos a ver una película y quién sabe cómo pero acabaríamos encuerados, en el piso, yo metiéndole los dedos y él con sus ojos de ternura de siempre, mirándome. Estaríamos casados. Luego de unos años, tendríamos un morrito. O una morrita. Adoptada. Y nos veríamos más viejos. Y seguiríamos viendo películas románticas, y luego, junto a una fogata acamparíamos con nuestra hija y él cantaría con su guitarra, cantaría Si no creyera en la locura... y yo luego, ya que ella esté dormida, cantaría, muy cerquita mi cuerpo del de él, you can't get what you want, but you can get me...
18. ¿QUÉ FOBIA TIENES?: - Las ratas
19. ¿ALGO QUE QUIERAS DECIRLE A LA PERSONA QUE TE ETIQUETÓ?: - Mateo, de mis sobrinos eres el que menos veo, ¿cuántos años tienes? ¿13? ¿14? ¿Cómo te acordaste de mí para etiquetarme en esta mamada? Ni te has de acordar. O chance y sí, y pensaste que esto me ayudaría a distraerme.
20. ¿ODIAS A ALGUIEN?: - Isidro
21. ¿QUIÉN TE GUSTARÍA QUE RESPONDIERA A ESTO?: - Eh, no sé, a quien se le de la gana, pero quiero cambiar mi respuesta de arriba. No odio a Isidro. Nunca podría odiar a Isidro. Lo seguí a todos lados durante seis años, y mis mejores recuerdos son encuerado junto a él, hasta el culo de pachecos, abrazados. Aunque el güey me pendejeara cada que podía, para quedar bien con el resto del partido, y aunque se cogiera a quien se le pusiera enfrente, porque la monogamia es herramienta de control de estado, y aunque su risa de cuando lo enfrentaba calara tan hondo. No odio a Isidro. No sé si odio a alguien.
22. ¿QUÉ LE DIRÍAS A ALGUIEN Y NO TE ANIMAS? No sé, we. Pero también quiero corregir otra respuesta donde no dije la verdad. No estoy escuchando a Silvio Rodríguez. Ando escuchando a Gorillaz, pero ni siquiera ando escuchando On Melancholy Hill, no sé por qué siento que todo lo que haga, que todo lo que piense, debe ser para Isidro. Siento que se lo debo. ¿No le di acaso mucho en vida como para seguirle regalando todo ahora muerto?
23. ¿COLOR PREFERIDO?: - El amarillo
24. ¿LIBRO FAVORITO?: - Yo digo que Los Días Terrenales. Isidro me enseñó a José Revueltas, aunque a él, justamente ese libro, no le gustaba tanto
.25. ¿QUÉ HACES CUANDO ESTÁS ABURRID@?: - No sé. Todavía no lo descubro. No sé quién soy cuando no está él, y ahora ya nunca va a estar.
26. ¿CÓMO TE DICEN TUS AMIGOS?: - ...
27. ¿EL PEOR SENTIMIENTO DEL MUNDO?: - Es terrible la soledad, pero darse cuenta, dimensionar cuánto tiempo lleva esa soledad contigo, creo que es lo peor. Reconocer la soledad y luego reconocerse a uno mismo en medio de esa soledad, notar cuánto te has alejado de la compañía, los kilómetros y kilómetros que hay de desierto entre tú y los demás, y preguntarte cómo es que llegaste tan lejos, cómo te permitiste caminar solitario por el páramo durante tanto tiempo
28. ¿EL MEJOR SENTIMIENTO DEL MUNDO? El de estar en un catre que se aleja por el océano y estar solo, sin nadie abrazándote, sin tener a nadie a quién cantarle. Y el sol cae en tu piel y el agua guarda silencio y sabes que no te encontrarán, sabes que nadie se va a acordar de que te fuiste. Y puedes mirar el cielo y cantar para ti "You can´t get what you want but you can get me...", y luego que se te nuble la vista de tan pacheco.
29. ¿QUIERES A ALGUIEN?: - Sinceramente no lo sé.
30. ¿QUÉ HORA ES? 18:56 p.m.
31. ¿QUÉ PIENSAS? Pienso en lo difícil que es volver al mundo. Pienso en que no sé si quiero volver o no al movimiento. Pienso que hace mucho que no entraba a esta cuenta de facebook y que no reconozco a la mitad de la gente que tengo agregada. Pienso ahora que Mateo se equivocó, estaba etiquetando a mis amigos y me puso a mí por accidente y yo de pendejo me puse a llenar un chismógrafo como si tuviera 15 años. Pienso en el miedo que me da admitir que es un alivio que Isidro esté muerto.
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@smpuntos
l u n e s d i e z d e a g o s t o , 0 7 . 0 0 p . m . d o r m i t o r i o d e l d e p a r t a m e n t o n ú m e r o d i e z
decidió llamar cuando se encuentre solo en el departamento. no fue paciencia lo que facilitó dicha espera, no brilló la consideración y el respeto por sus pares al no presentar ningún tipo de pedido verbal para que el área sea despejada rápidamente, como es probable que en cualquier otra oportunidad habría hecho bajo el único objetivo de presumir una ventaja. la ausencia de tales virtudes queda en evidencia cuando transcurre la noche completa y aún no ha iniciado comunicación con el exterior, existiendo nulas señales de ansiedad en su cuerpo por concretar la llamada. quizás es muy grande el disfrute de tener una noche para él solo como para pensar en el afuera: desparramarse de un salto en la cama de dos plazas es lo primero que hace, dar vuelta las decoraciones que no son de su agrado se proclaman como el segundo paso para sentir suyo el espacio, la música de soultify sonando a su antojo, nuevos estantes sumados a los que estaban en su poder ( solo en caso de que sus dos compañeros no se percaten del robo cuando deban regresar ), disfrutar, disfrutar de finalmente tener privacidad es lo único que ocupa su mente a lo largo de la noche. incluso sube una fotografía a la aplicación similar de instagram que su teléfono posee, cubierto por las colchas y sábanas de seda, dos menciones a sus compañeros de piso acompañando imagen. pierde noción de las horas en tanto juega a que su vida no ha cambiado los últimos meses, siendo las cuatro de la mañana el horario en el que termina encontrándose con morfeo ( muy a su pesar, porque perder la pulseada contra el sueño lo acercaría al final de su premio ). es a las 07.04 que el la alarma lo despierta junto con el sol encargándose de iluminar habitación a través de la ventana, una somnoliencia de la que se desprende una vez recuerda la tarea postergada. el tiempo de demora hasta tomar el teléfono, finalmente, fue necesario para ordenar sus pensamientos y dar con la falsa ilusión de tener el mensaje pertinente a los treinta minutos — — “ ¿treinta minutos? ” si lo menciona para sí después de regresar al dormitorio con una taza de café en mano, es porque busca corroborar si en voz alta también suena como un período absurdamente corto para conectar con la realidad a la cual perdió rastro. debería ser mayor, se dice, en lo que aún con pantalón y camiseta lisa de pijama puesta, observa exteriores rememorando la guía de puntos que ha elaborado mentalmente. que está bien, aclarará, que visiten a blitzle, que pongan un excesivo cuidado en él, que no toquen sus pertenencias bajo ninguna circunstancia, que los extraña, ¿extraña? ¿era algo diferente lo que debía decir...? es abriendo el panel de llamadas que desaparece la sensación de estar preparado para no desperdiciar la llamada. es sentándose en el suelo de espaldas a la puerta que comprende, también, poder prescindir de la comunicación. incluso después de presionar el botón de llamar martillea la duda sobre el número que ha marcado, considerando cometer un error al optar por el contacto de su madre ( como si aún no ha despedido los días de tener que elegir un bando). el repentino sonido de la voz femenina, sin embargo, hace a un lado las dudas rápidamente, así como a cualquier otro pensamiento. “ ¿hola? ” en blanco, su mente se queda en blanco con la inesperada sensación que lo ataca entonces. las comisuras de sus labios ascienden al escuchar entusiasmo del otro lado, la cálida familiaridad de expresiones que tranquiliza reconocer aún presentes. “ sí, soy yo. qué alivio que atendieras, por un momento temí que tuvieras el teléfono en silencio y no escucharas, o que desconfiaras del número desconocido. no pude llamar antes, yo — ” que sabe, sabe sobre el contrato, sobre el aislamiento, sobre las cámaras, sobre todo lo que está sucediendo, que no se explica cómo firmó un trato semejante. la alegría inicial va desprendiéndose de su expresión a cada nueva frase, porque el rumbo de la conversación cambia de un momento a otro y de alguna forma pasa a situarlo en el banquillo de los juzgados. ‘ ya, bueno, nos engañaron. ’ la ironía de la forma en que un hijo de abogados ha sido estafado es señalada por la voz del otro lado, agudeza que, por supuesto, no resulta creativa, ni mucho menos novedosa para receptor. ‘ ya sé, ¿puedes tranquilizarte y dejarme hablar a mí? mierda, debí llamar a papá. ’ no es accidental la elección de palabras, las suelta bajo considerable noción de a qué punto pueden molestar. y sus sospechas se confirman cuando el silencio se instala, cual punto anotado. “ las condiciones del acuerdo no estaban claras, ¿está bien? ninguno de nosotros sabía en qué nos estábamos metiendo, y ya sé que suena estúpido, no tienes que señalármelo de nuevo... fue lo que pasó y, y ya está, no puedo volver el tiempo atrás, cada vez que lo hago me encuentro en el mismo sitio, así que, por favor, no insistas en recordarme lo que ya sé. intenten encontrar una solución desde afuera, debe haber algo que puedan hacer. ” los golpes al roble en el que reposa su espalda son propinados con la cabeza a medida que va hablando, incrementando intensidad hasta dar con el punto final en el cual craneo acaba reposando contra la puerta. la posibilidad de recibir una solución entonces hace que cierre los ojos a la par, en un intento de no ver el choque de realidad que anticipa probable, y como las palabras que llegan a sus oídos son las que temía escuchar, cuando sus ojos se vuelven a abrir, conscientes de que estuvo aferrándose / dependiendo de una expectativa irreal, la consternación en su mirada se evapora ( descubre que ahí no tiene lugar ). que lo intentó, tanto ella como el equipo de su padre, y que no hay nada que puedan hacer cuando dio su conformidad con el acuerdo, que debe ser honesta. pero ah, cómo hubiera deseado que le mienta, hubiera deseado que quede una esperanza a la que aferrarse, por más pequeñita que sea. “ entonces qué, ¿lo dejarán estar? esto dura un año. ” y que lo siente mucho, pero el que aceptó participar del proyecto fue él. hubiese deseado cualquier respuesta menos la de resignación, incluso escucharla frustrada lo habría conformado en ese momento. “ qué bien. toda mi vida sintiéndome orgulloso de algo irreal, no son mejores abogados que padres. ” se arrepentirá de lo que dice, recordará el suspiro de su madre como uno más fuerte de lo que en verdad es, pero la molestia lo enceguese al punto de no querer medir impulsos. “ da igual, si no llamé para esto. me lo imaginaba — solo quería comprobar que estén al tanto de todo, y decirles que necesito que visiten a blitzle, que el cuidador recuerde sacarlo aunque se rehúse a salir, y que también se asegure de que se alimente, ¿puedes prometerme que pasarás el mensaje? y por favor, no toques nada de mi dormitorio, ¿sí? tengo cosas importantes ahí dentro. ” que mantiene la habitación limpia, asegura la voz del otro lado, que ella misma se encarga de comprobar su estado regularmente, lo cual suena como que ha decidido descartar lo que le parece conveniente, pero antes de poder lanzar algún reproche llega la sugerencia de enviar más ropa, algún obsequio que facilite sus días formando parte del proyecto: ‘ no los permiten. ’ hace saber, antes de que ella prometq que de todos modos comprobará hasta dónde no es flexible ese punto, que tal vez en ese sentido encuentre algún hilo del que tirar, porque no se vería bien que repita prendas con frecuencia si están siendo grabados constantemente, divague en el que la conversación se pierde por unos cuantos minutos de poco peso. y cuando el lenguaje de lo material ya no es un canal de comunicación entre los dos, unos siete segundos son ocupados por un ruidoso silencio. “ ¿vives más tranquila desde que estoy aquí? ” es él quien interrumpe la calma, pero se arrepiente de bromear al respecto tan pronto como termina de hacerlo. ¿cuándo dejarás de pensar lo peor de mí? pausa. hice todo lo posible para sacarte de allí, en verdad lo intenté. lo siento mucho. y desearía creerle, pero la distancia no contribuye con el vínculo que el tiempo y las desiluciones desgastaron hace unos cuantos años atrás. antagonizar su figura a partir de los momentos que compartieron en décadas más turbulentas es una idea que ha barajado posible en más de una ocasión... y se le ocurre que la actual puede ser una de esas situaciones en las que aún la percibe como la mujer que tiempo atrás puso primero sus preferencias y orgullo. deja escapar un suspiro en consecuencia de la duda, tomando el impulso de dar marcha atrás: “ ya lo sé... si no hablo en serio, todo esto es una mierda, pero tú no tienes que disculparte por nada. esperaré un poco más, estoy seguro de que todo se arreglará de alguna manera. creo que le queda poco tiempo a la llamada, y seguramente estés por salir, así que... ” presiona los labios, en una breve pausa. “ cuídense. papá también, dile que no se exceda con las sales, ¿eh? recuérdaselo. ” añade esas palabritas para enfatizar lo necesario de que le transmita la llamada y haga a un lado cualquier diferencia. cree escucharla sonreír entonces, y eso en cierta medida le inyecta una dosis de tranquilidad, porque lo interpreta como una señal de que entre sus progenitores la situación no ha empeorado significativamente. ‘ de acuerdo, tú también, jaehun. y no olvides que te están grabando, por todos los cielos. ’
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Querido diario
Personajes:
Elio: protagonista, un muchacho de unos 25 años, flaco, alto y de piel pálida, a lo largo de la obra su apariencia física va ir deteriorándose.
Martha: terapeuta, una señora de 65 años, complexión mediana, tiene una voz muy tranquila y calmada.
Garret: molesto compañero del trabajo, un muchacho de 28 años, alto, rubio, con sonrisa perfecta, demasiado blanca, y bronceador tirando a naranja.
Señor Burgan: jefe de la oficina, un hombre de edad adulta, con el cabello con canas, siempre viste elegante, de complexión grande.
Chico de la cafetería: joven de cabello castaño, vestido en un uniforme de trabajo.
Sra. Jazmín: una abuelita, de estatura baja y voz muy amistosa.
Sara: muchacha de cabello castaño y voz gangosa.
Señor de la zapatería: hombre de unos 30 y tantos, con entradas de cabello muy marcadas.
Primer cuadro:
Escena 1:
La escena transcurre en la oficina de Martha, con el aire acondicionado bastante alto, el sillón café, Elio juega nervioso con la manga de su suéter, mientras Martha habla desde el sillón amarillo que se encuentra en el lado contrario del cuarto. La luz es de un sub-tono amarillenta.
MARTHA: Elio, tu progreso ha sido increíble, pero aún siento que nos hace falta abrirnos un poco más
ELIO: ¿Más? ¿No es ya suficiente que tenga que pasar una hora a la semana hablando con usted? (dice elevando la voz cada vez más)
MARTHA: Elio no es necesario usar ese tono conmigo, ya lo sabes (dice con el tono aún más suave y cálido que antes)
ELIO: Perdón (baja la cabeza), es solo que he estado muy estresado últimamente, con eso de las horas extras en el trabajo, no he dormido muy bien que digamos y me siento demasiado cansado e irritable.
MARTHA: Estas horas extras, no las habías mencionado antes, pensé que ya estarías trabajando menos después del ascenso que me hablaste. (toma nota en su libreta roja)
ELIO: Ehhhh sí (se rasca la cabeza con nerviosismo), las horas extras son para ganarle el puesto a Garret
MARTHA: Hablemos de Garret (interrumpe)
ELIO: ¿Qué hay con él?
MARTHA: ¿Cómo vas con él? sé que no te cae muy bien ¿no es así?
ELIO: (se nota tenso) No, es un inútil, la verdad es que no sé qué tanto le ven todos, para mi es una persona normal y corriente, horriblemente corriente. (dice con desagrado)
MARTHA: ¿No crees que estos sentimientos de odio hacia Garret son realmente celos hacia él?
ELIO: ¿Celos a ese pedazo de basura?, no, nunca
MARTHA: Entonces ¿cuál es el problema? ¿te ha hecho algo?
ELIO: No, solo no me cae bien (dice de manera secante)
MARTHA: Elio no te puedo ayudar si tú no me ayudas (dice con amabilidad)
ELIO: (se deja vencer) bueno, hace dos semanas descubrí que Garret “El Perfecto” no era más que una simple estafa, trabajaba hasta tarde y al salir vi como Josh, el nuevo pasante de la oficina, seguía trabajando, no le tomé mucha importancia hasta que volteé y vi que puso una carpeta en el escritorio de Garret, ahora si me interesaba, esperé a que se fuera y fui corriendo a ver que era y Martha no me lo vas a creer, el muy maldito de Garret está utilizando al pobre de Josh para hacer sus reportes semanales
MARTHA: ¿Y ya se lo dijiste a alguien?
ELIO: No (dice con cara de incredulidad)
MARTHA: ¿Qué? ¿por qué?
ELIO: Ya te dije, Garret tiene a toda la oficina en la palma de su mano, todos piensan que es un tipo de mesías o yo qué sé (dice con disgusto)
MARTHA: Elio no es justo que tú te esfuerces de más y dejes que alguien como Garret logre lo que quiere con trampa
ELIO: No hay mucho que pueda hacer, no tengo pruebas, ni siquiera tengo evidencia de que los dos tengan algún tipo de contacto, en la oficina no se dirigen ni una palabra.
MARTHA: pero…
ELIO: pero nada, ya déjalo así Martha
MARTHA: bueno, ya no te molesto más
ELIO: gracias (dice aliviado)
El espacio se queda callado un rato, Elio se la pasa checando su reloj cada cinco segundos mientras que Martha se la pasa escribiendo los puntos más importantes de la reunión en su libreta. El único sonido que se escucha son las manecillas del reloj moviéndose.
MARTHA: ¿Qué te parece la idea de llevar un diario?
ELIO: ¿Un diario? ¿para? (dice con una mueca)
MARTHA: Como te dije antes, vas muy bien, pero Elio, he sido tu terapeuta por cuatro años y cada martes es lo mismo, paso media hora intentando que me cuentes cómo te sientes.
ELIO: Yo… y-yo si confió en ti, no pienses que no (dice nervioso)
MARTHA: Lo sé, no lo estoy diciendo por eso, sino que percibo que ni tú sabes cómo te sientes exactamente, es por eso el diario, así vas a poder escribir tu día a día, reflexionar un poco, preguntarte que te está molestando
ELIO: Eso es demasiado cursi
MARTHA: Bueno, por lo menos escribe una cosa buena que te haya pasado o algo gracioso si quieres
ELIO: Nada bueno pasa en mi vida
MARTHA: Estoy segura de que si, pero estás demasiado ocupado con tu negatividad para poder notarlo
ELIO: Está bien lo intentaré
MARTHA: ¿Me lo prometes?
ELIO: (gira los ojos) Sí Martha te lo prometo
MARTHA: Perfecto, (dice con una gran sonrisa), nos vemos el siguiente martes (se para del sillón alegremente y se dirige a la puerta)
Elio se levanta del sillón, se coloca su mochila en el hombro izquierdo y se dirige en la misma dirección a la que va Martha, sale lentamente de la oficina de Martha con la cabeza hacia abajo, mientras que Martha se ve feliz y tranquila.
ELIO: Nos vemos (dice con una sonrisa a medias)
MARTHA: Que te vaya bien Elio (dice parada en el marco de la puerta), saluda a Garret de mi parte (dice juguetona)
ELIO: (finge una carcajada) Que graciosa eres, creo que deberías dejar de ser terapeuta y volverte comediante
MARTHA: Y eso que no has escuchado mis mejores chistes, sin duda te quedas con el ojo cuadrado
ELIO: (sonríe falsamente) Gracias por todo, de verdad
MARTHA: No hay de qué (hace una reverencia)
Cuadro 2:
Escena 2:
La escena transcurre en el departamento de Elio, toda la habitación está a oscuras, sólo hay una luz que se encuentra sobre él, está trabajando en unos papeles pero el cansancio le está ganando, en el reloj de la pared se ve que son las 4 de la mañana.
Acto seguido Elio se queda dormido y tira la taza de café que está a su derecha, el café se cae en todos los papeles del escritorio. Elio continua dormido.
Escena 3:
Elio se levanta muy apresurado voltea a ver el reloj que marca las 7:30
-ELIO: (con desesperación) ¡Ya se me hizo tarde para el trabajo!
Dirige la mirada a su escritorio, donde se encuentran sus papeles llenos de café seco, los agarra y se lleva la mano a el cabello
-ELIO: No, no, no, esto no puede estar pasando, necesito estos reportes para hoy, el señor Burgan me va a matar si se entera que eché todo a perder
Cuadro 3:
Escena 4:
La escena transcurre en el elevador de la oficina donde trabaja Elio, en él se encuentra una mujer vestida muy elegantemente tomando un café.
Elio llega corriendo a toda velocidad con el cabello húmedo, la camiseta mal abrochada, los pantalones sin planchar y una clara mancha de pasta de dientes en la cara.
-ELIO: ¡Para el elevador por favor! (grita demasiado alto)
- SARA: ¡Dios! Elio me has pegado un susto tremendo
(Sam recorre con la mirada a Elio y hace una mueca)
-SARA: ¿Pero qué te ha pasado? te ves como un muerto viviente, sin duda necesitas esto más que yo (le ofrece su café)
-ELIO: No gracias, (cortante) estoy tomando un descanso de la cafeína (le da una sonrisa forzada)
-SARA: Pues muy bien no te ves amigo
El elevador se abre y Elio sale sin decir ni una palabra, va directo a su escritorio ignorando todas las miradas de preocupación de sus compañeras de trabajo que están secreteando de su apariencia. Mientras camina empieza a acomodar su ropa y cabello, pasa su mano por su mejilla y siente la mancha de pasta, la cual quita con mucha velocidad.
Cuadro 4:
Escena 5:
Elio se encuentra en su cubículo, trabajando en los papeles manchados de café, tratando de salvar alguno de ellos. El señor Burgan, un señor ya de edad adulta, con el cabello lleno de canas, se acerca a su cubículo, usando un traje bastante fino de color azul marino.
BURGAN: Elio, vine a ver si ya están listos los informes que te pedí ayer
ELIO: (nervioso) Se-señor Burgan, fíjese que justamente eso estaba haciendo en estos momentos es-
BURGAN: (groseramente lo interrumpe) Me lo imaginaba, no los has terminado, sabía que se lo tenía que haber pedido a Garret él nunca me decepcionará de esta manera
ELIO: (con la cabeza baja) Disculpe señor, si me da otra oportunidad, en menos de una hora le puedo entregar los papeles.
BURGAN: Tienes media hora (dice cortante y se va)
Elio se pone a trabajar
Cuadro 5:
Escena 6: La escena transcurre en la oficina del señor Burgan, con él está Garret , están conversando y por momentos se carcajean juntos. Se escucha un golpe tímido en la puerta.
BURGAN: ¡Pase!
ELIO: Señor, traigo los papeles que me pidió
BURGAN: ¿Papeles? ¿Qué papeles?
ELIO: Los de la empresa de empaquetados, debía haberlos entregado hace rato, pero no los tenía listos ¿recuerda?
BURGAN: Claro, claro pasa, toma asiento, Garret y yo estamos teniendo una plática sobre el nuevo gerente de plaza
GARRET: El señor Burgan no para de insistir que debería aceptar el trabajo, pero la verdad es que no lo sé, apenas llevo dos semanas trabajando en la oficina, no siento que esté listo para tanta responsabilidad. (dice de manera presumida)
BURGAN: ¿Cómo que no? con tan solo dos semanas ya has hecho más ventas que todos en esta oficina, ¿Qué opinas Elio?
ELIO: (tratando de no ser grosero): Si me disculpa señor no creo que sea el mejor para contestar eso, (deja los papeles en el escritorio y se da la media vuelta), pero en lo personal creo que hay personas mejores capacitadas que Garret (sale de la oficina)
Cuadro 6:
Escena 7:
La escena transcurre al día siguiente en el trabajo, Elio está llegando y se encuentra distraído con su teléfono hasta llegar a su piso, donde nota que todos los presentes tienen unas orejas de conejo en la cabeza. Elio luce perdido, se acerca a su compañera de trabajo más cercana, Sara, cuyas orejas de conejo se mueven al compás de su tarareo.
ELIO: Pssss Sara
SARA: Mmmm ( dice sin mirarlo)
ELIO: ¿Me perdí de algo?
SARA: (lo voltea a ver con mala cara) ¿Algo de qué?
ELIO: ¿Había que disfrazarnos hoy?
SARA: Elio no sé que te hayas metido ayer, pero necesito terminar mi papeleo, ¿puedes ser raro en otro lugar?
ELIO: Si perdón, es que pensé que nos teníamos que disfrazar, ya sabes, lo digo por tus (señala las orejas de conejo)
SARA: (gira los ojos) repito no sé qué tipo de sustancias consumas pero por amor a Dios, deja de consumirlas te están haciendo perder la cordura
ELIO: Creo que necesito un café
SARA: Y yo diría que uno doble, bien cargado
Elio se dirige a la salida, caminando se da cuenta que todas las personas que lo rodean tienen orejas de conejo, los mira confundido y se apresura a hacia la cafetería de enfrente.
Cuadro 7:
Escena 8:
La escena transcurre en la cafetería, Elio es el último de la fila, hay cinco personas más enfrente de él, tiene una mirada de confusión, no para de tallarse los ojos una y otra vez, la gente de su alrededor actúa con total normalidad, hay una pareja tomando café en los sillones de la esquina, un grupo de empresarios trabajando en su computadora, un abuelito leyendo el periódico, todos con orejas de conejo.
Elio voltea hacia el cristal de la entrada de la cafetería y hace una mueca cuando logra ver su reflejo, abre y cierra los ojos con violencia y se empieza a acercar más, cuando ya está lo suficientemente cerca, empieza a tocarse la cara despacio, hasta llegar a sus orejas de conejo.
ELIO: Pero que-
CHICO DE LA CAFETERÍA: ¿Se encuentra bien señor?
ELIO: Tengo orejas de conejo (dice con voz temblorosa)
CHICO DE LA CAFETERÍA: s}Sí, yo igual tengo (dice feliz, apuntándolas)
ELIO: Tú igual tienes (repite sin poderlo comprender)
CHICO DE LA CAFETERÍA: ¿Necesitas algo?, no tienes muy buena pinta
ELIO: Dormir, necesito dormir
CHICO DE LA CAFETERÍA: Espere aquí le pido un taxi
ELIO: gracias
Elio se sienta lentamente en el suelo y lleva sus manos hacia su cabeza, empieza a murmurar “orejas de conejo” una y otra vez.
Cuadro 8:
Escena 9:
La escena transcurre en el departamento de Elio, éste entra a su habitación, busca el espejo que se encuentra en su baño y ya no ve las orejas de conejo, hace una mueca de confusión.
ELIO: Sin duda necesito una buena siesta.
Se acuesta en la cama y cae en un sueño profundo
Escena 10:
Elio se levanta porque es lamido por un pastor alemán, lo cual lo deja aturdido, el perro ladra y Elio da un brinco, se cae de la cama y se golpea la cabeza con la mesa de noche, un portarretrato se le cae encima, Elio ve la foto y abre los ojos con sorpresa.
ELIO: (hablándole al perro) Tú..., ¿eres mi perro?
El perro solo mueve la cabeza a un lado
ELIO: Esto no puede estar pasando (dice agarrando su cabeza)
Elio se acerca al perro y este se acuesta en la cama con calma, Elio agarra el collar y ve que en la placa está el nombre del perro “Poncho” y abajo ve un número telefónico
ELIO: Éste es mi número (señala la placa), éste es mi número
Elio agarra la foto otra vez y se queda analizándola un rato
ELIO: Esto no paso, yo nunca he corrido un maratón, ¡yo no corro! yo nunca he corrido, ¿qué me está pasando?
Elio rompe en llanto, el perro se acerca a él y se acuesta en su pierna para consolarlo.
Cuadro 9: Escena 10:
La escena transcurre en el parque, Elio está jugando con Poncho a la pelota, mientras corren por el césped muy alegres.
Una señora de mediana edad se acerca a Elio, está agarrando a un gato (no importa que garo sea con que este bonito).
SRA. JAZMÍN: Elio, qué bueno verte de nuevo (dice amablemente)
ELIO: Hola señora Jazmín (dice con una sonrisa)
SRA JAZMÍN: ¡Pero mírate! (se acerca a él), estás tan flaco, y te ves muy cansado cariño, ¿estás bien?
ELIO: (suelta una pequeña risa) Estoy bastante bien, solo es el trabajo, he estado un poco ocupado últimamente
SRA JAZMÍN: Con razón no has ido a tomar el té conmigo, Nini extraña mucho a Rogelio
ELIO: ¿Quién es Rogelio? (hace una mueca)
SRA JAZMÍN: Tu gato (dice confundida)
ELIO: Yo no tengo un gato, soy más una persona de perros (mira hacia Poncho)
SRA JAZMÍN: ¡Ay! Elio que gracioso eres (se agacha a acariciar a Poncho), nunca mencionaste tener un pastor alemán
ELIO: Es que no lo tenía, apareció por arte de magia
SRA JAZMÍN: (ríe) Como extrañaba tu sentido del humor, por favor, tienes que hacerte un tiempo para ir a platicar conmigo, incluso compré tu té favorito
ELIO: Claro, la veo el fin de semana ¿le parece?
SRA JAZMÍN: perfecto, no olvides traer a Rogelio.
La señora Jazmín se aleja y Elio se agacha a acariciar al perro
ELIO: Poncho, no tengo ni idea de porque la señora Jazmín cree que tengo un gato, pero te aseguro que no me gusta el té para nada.
Cuadro 10:
Escena 11:
La escena transcurre en el departamento de Elio, está acostado en su cama durmiendo, se mueve de lado y nota que el lado donde Poncho debería estar, está vacío, se levanta y va a buscarlo, primero en la sala, busca detrás del sillón, ve que no está y camina hasta el baño de su cuarto, tampoco lo encuentra, empieza a notarse más desesperado, busca con más rapidez por todo el departamento, gritando su nombre.
Elio se tira a la cama y empieza a llorar, primero son solo unas gotitas, pero con el paso del tiempo se convierte en un sollozo.
Cuadro 11:
Escena 12:
La escena transcurre en la calle, Elio está caminando con la cabeza baja mientras escucha música, solo alza la mirada cuando reconoce el lugar. Al ver una tienda de zapatos su cara cambia a una de confusión, entra a la tienda.
Escena 13:
En la tienda Elio camina hasta el mostrador, donde esta un señor alto y bien arreglado acomodando dinero de la caja registradora.
ELIO: Disculpe
SEÑOR ZAPATERÍA: ¿En qué puedo ayudarle muchacho?
ELIO: ¿Esta es la calle 37?
SEÑOR ZAPATERÍA: Así es
ELIO: Acá debería estar el consultorio de Martha
SEÑOR ZAPATERÍA: Está equivocado, esta zapatería ha estado en esté mismo lugar durante treinta años, es el negocio de mi familia
ELIO: (en un tono irritado) No, está es la dirección del consultorio de Martha
SEÑOR ZAPATERÍA: Vamos a calmarnos, puede ser que se confundiera de calle
ELIO: Llevo viniendo a esta dirección cada martes durante cuatro años, creo que sabría llegar con los ojos cerrados (dice sarcásticamente molesto)
SEÑOR ZAPATERÍA: Bueno lamento decirle que acá no hay ningún consultorio y la única Martha que conozco es mi prima segunda
ELIO: Debo encontrar a Martha
SEÑOR ZAPATERÍA: Déjame buscar su ubicación en internet, ¿Cuál es su nombre completo?
Elio: Martha Jones
El señor de la zapatería busca en su teléfono, después de unos segundos hace una cara de sorpresa.
SEÑOR ZAPATERÍA: Ehhh, no me aparece nada de una terapeuta con ese nombre, el principal resultado es una tenista profesional (le muestra una foto)
ELIO: ¡Ella es Martha!, pero no puede ser, a Martha ni siquiera le gusta el tenis
SEÑOR ZAPATERÍA: No se que decirle señor
ELIO: No, no, no, esto no está pasando nada de esto es real, todo es un sueño, un mal sueño
Elio sale corriendo de la tienda, murmurando “esto no es real, esto no está pasando, debe ser un sueño”
VOZ DE UN NARRADOR: queridos amigos no era un sueño.
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El día en que vi su corazón
.. Creo que les debo una disculpa, ¿verdad? Queridos amigos, lectores y nuevos seguidores ¿Cómo están? Es para mí un placer estar de vuelta en la redacción después de una larga jornada de no haberlo hecho. Han sido ya algunos meses desde mi última actualización, pero tengo que admitir que fueron bastante complicados, no en cuestión personal sino en materia de redacción... Algo en mi mente y en mis dedos simplemente no me dejaban del todo liberar la caja de Pandora (de la cuál ya les platique), y todo esto porque pasamos por una remodelación bastante interesante... Y ahora no es una caja de Pandora, amigos míos, ya les cuento.
Hoy vengo a platicarles una historia, una de tantas cosas geniales que pasaron en mi vida durante los últimos meses de ausencia en Tumblr y que por si fuera poco, me han sorprendido tan gratamente como se que a ustedes les va a sorprender. Y es que verán amigos, aquél día en que vi su corazón, fue tan increíble que ni yo mismo podría haber imaginado... Qué sería el día en que me iba a casar.
O al menos mi corazón ya lo está. Está casado con la chica más increíble y maravillosa que el universo haya visto! Es mi Mapachita, es mi Rayito de Sol, es mi Pedacito de Cielo, es mi Promesa y me atrevo a decir sin duda alguna que es eso amor de mi vida. Amigos míos, podría pasarme el texto entero hablando de su sencillez, su belleza, su inteligencia, de lo perfecta que es y de lo increíblemente feliz que soy a su lado (porque en verdad, aún no me creo que todo esto esté pasando y que me sienta así), pero de ser así no les voy a contar nada de la historia jajaja. Para el bien de esta historia y proteger las identidades de sus participantes, a mi novia la llamaremos Mapachita, ¿Ok? Ok.
Todo comenzó hace algunos meses, a mediados de julio, un poco antes de comenzar nuestra relación (no coman ansias, después les platico esa historia). Mi Mapachita y yo teníamos está hermosa costumbre de hablar por horas durante todas las noches, sin importar el día que fuera, nos dedicamos unos minutos para platicar de nuestro día, de lo que pensamos, para leer nuestro cómic favorito, ver videos, contarnos cosas del pasado o reírnos por cualquier cosita (es imposible no pasarla bien hablando con ella), ya que, por la actual emergencia sanitaria entre otras cosas, nos es un poquito complicado vernos, pero aún así buscamos la forma de poder hacerlo.
Cómo les habré contado con anterioridad, vivo con mi familia, por lo que, gracias al encierro, hemos convivido en el mismo espacio con mayor regularidad, por lo que mis llamadas con Mapachita suelen llevar de fondo conversaciones y risas de mi familia, en especial de mis padres, por lo que muchas veces ella me dijo que quería conocer a mi familia y me pedía mandarles saludos de su parte cuando charlábamos por el teléfono (cosa que hacía con regularidad y a ella le daba un poco de vergüenza pero de la bonita), y platicas salió el tema de conocer a mi familia. Al principio comenzó como una broma, pero mientras más lo hablábamos, la idea iba cuajando, hasta que en cuestión de minutos la broma se convirtió en plan. Sería ese mismo fin de semana, en sábado por la noche para cenar.
Entonces, después de planearlo un poco y avisar a mi familia que llevaría a Mapachita a casa ese fin de semana (cosa que tenía que hacer porque yo nunca, pero de verdad NUNCA llevo a nadie a casa), aquella noche de sábado llegó. Me esmeré bastante en mi arreglo personal, me afeité (cosa que sólo hago cuando voy a ver a Mapachita) y usé mi camisa favorita. Y amigos, en verdad estaba nervioso. Estaba lo que le sigue a nervioso. Estaba a nervioso a niveles astralmente insospechados porque en verdad quería que se conocieran y que Mapachita tuviera una noche agradable con ellos.
Esa noche estarían mis padres, mis hermanos y mi cuñada y aunque no pareciera nada serio, para mí era muy importante. Claro, en ese momento Mapachita y yo aún no iniciábamos nuestra relación, pero, como les he contado en anécdotas anteriores, la relación con mi familia hasta un año atrás había sido enormemente complicada, sin embargo, este año hubieron muchos cambios que me acercaron un poco más a ellos. Eso significa que ya no hay más discusiones ni peleas a golpes con mi hermano, ni leyes del hielo ni peleas a golpes con mi hermano ni comentarios hirientes, sentenciosos y fuera de lugar por parte de nadie ni peleas a golpes con mi hermano. ¿Ya mencioné que no habrían más peleas a golpes con mi hermano?
Antes de salir, me topé con toda mi familia en la sala de la casa y charlamos un poco sobre lo que estaba a punto de suceder. Ellos notaron mi nerviosismo alto y mi notorio cambio de apariencia a lo habitual, sobre todo porque esa noche usé loción (cosa que sólo hago cuando veo a Mapachita), por lo que inevitablemente me echaron un poco de carrilla (burlas en forma de broma sin afán de ofender) y ahí me di cuenta que era el pie para irme. Me subí a la camioneta y conduje.
Tengo que admitir, amigos míos, que ya había ido en muchas ocasiones a casa de Mapachita, pero en esta en particular, el viaje me resultó extrañamente largo. Mi mente se puso en modo automático para manejar y mis pensamientos fueron tomados por las ideas de lo que sucedería en cuestión de minutos. Se los voy a poner así: Estaba planeando desde la forma en cómo iba a abrir la puerta de mi casa cuando llegáramos, cómo iba a abrir la silla en el comedor para que tomara su asiento, pensaba en lo que íbamos a cenar y si a ella le gustaría, pensaba hasta en las cosas que iba a decir para no quedarme callado y no dejar silencios incómodos. Estaba nervioso, sí, pero a decir verdad, la emoción era muchísimo mayor, sobre todo porque la extrañaba mucho y en verdad quería verla.
Llegué a casa de Mapachita tan rápido, sin darme cuenta en 10 minutos aproximadamente había alcanzado mi destino (normalmente hago 15 minutos), la llamé para avisarle de mi llegada y esperé... Amigos, en ese momento pude sentir cómo se detuvo el tiempo. Vi como poco a poco la puerta se abría y dejaba pasar a esa increíblemente hermosa chica que estaba esperando mi llegada. Amigos, las palabras me faltan para describir cuán bella lucía esa noche... Mis ojos quedaron impactados por su figura caminando hacia mí (adoro cuando camina hacia mí) con ese precioso atuendo que no le había visto antes... Y su sonrisa, amigos... Estaba perdido en ella... Y a quíen quiero engañar, voy a estar siempre perdido en ella. Sobra decir que para este punto me puse todavía un poco más nervioso jajajaja.
Nos saludamos y puedo decir que la expresión en nuestros rostros por lo que estaba por ocurrir era prácticamente la misma, por lo que puro instinto pude intuir lo que pasaba por su cabeza Le abrí la puerta de la camioneta (cosa que en ocasiones odia que haga) nos subimos y nuestro viaje de regreso a mi casa comenzó.
Amigos, a este punto de la historia quiero abrir un paréntesis porque tengo que comentar algo, y es que una de las cosas que más me encanta hacer cuando estoy con ella, por más raro que parezca, es conducir. Por nuestras ocupaciones, responsabilidades y horarios no podemos hacerlo muy seguido, pero la verdad es que cuando conduzco con ella a mi lado, siento que absolutamente nada malo va a suceder... Es como si ese lugar hubiera estado apartado siempre para ella, así si la ven, díganle que adoro conducir a su lado, es la mejor compañera de viaje que he tenido en la vida.
Durante la primera parte del del camino nos confesamos mutuamente que estábamos terriblemente nerviosos por la velada. Eso, para ser sincero, bajó un poco mi nerviosismo porque compartía la emoción con ella, por lo que para hacerla sentir mejor, le pedí que me dejara estar nervioso a mí y le aseguré que todo estaría bien.
Amigos míos, antes de continuar, tengo que confesarles que la historia no es precisamente de la cena con mi familia, oh no no no no no. En realidad se trata de algo muchísimo más genial e inesperado. Se trata de algo grandioso que cambiaría mi vida para siempre
Después de un viaje en el que los nervios estuvieron a su máxima potencia y de un par de paradas técnicas, por fin llegamos. Les platico un poco de contexto, mi casa está ubicada en una "casi esquina" y da hacía cuatro plazas diferentes, así que suelo estacionar en la orilla de la plaza más cercana a mi casa. Antes de bajar hablamos un poco de lo nerviosos que estábamos y que había que calmarnos un poco antes de salir. Fueron unos minutos extrañamente largos hasta que nos calmamos un poco, agarramos valor y decidimos bajar.
La reja de mi casa era realmente imponente en este punto, y cada paso que dábamos se sentía pesado, hasta que...
Mapachita me detuvo en seco a unos cuantos metros de llegar a la puerta de mi casa, y aún con algo de nervios en su carita, rápidamente extendió su mano, tomó la mía y puso un pequeño anillo en ella.
Amigos... Sin temor a equivocarme, este es el anillo más hermoso que he visto en toda mi vida, tiene una forma parecida a la de una corona y queda perfecto en su dedo anular... Este anillo es una de las posiciones más preciadas y ella me lo estaba obsequiando junto con una pregunta...
"¿Te quieres casar conmigo?" Fue lo que escapó tímidamente de sus labios mientras se puso sobre una de sus rodillas...
Mis nervios se convirtieron en emoción y alegría pura al ver esa muestra tan increíble de amor. Mi corazón latía a mil por hora y con muchísima emoción yo le dije: SI!!!! SÍ ME QUIERO CASAR CONTIGO!!!!! Mientras la abrazaba fuerte con el anillo en mi mano.
Yo no estoy para contarlo ni ustedes para saberlo... Bueno, si para eso les estoy platicando jajajaja, pero, el anillo es parte vital de mi día a día, lo llevo siempre a todos lados (lo puse en una cadena en mi cielo porque mis manos son monstruosamente grandes :c) y en verdad nunca salgo sin él. Ese anillo representa la promesa y el compromiso que tengo con Mapachita, representa mi amor por ella, representa el que siempre la tengo presente sin importar lugar ni momento. Representa lo más importante de mi vida.
Ya con los nervios un poquitito más calmados, nos dispusimos a entrar a conocer a mi familia. De esta parte no quiero entrar mucho en detalles pues se vuelve muchísimo más personal, pero sí les puedo asegurar que la charla y la velada con ellos fue bastante tranquila y agradable. Todos nos la pasamos muy bien y mi sueño de que mi crush/prometida y mi familia se llevarán bien se hizo realidad.
Esa noche fue de sueños cumplidos, amigos. ¡Me voy a casar con la chica más maravillosa del universo!
La noche terminó casi al filo de las 12:00 am, ya un poco más relajados, sonrientes y felices porque Mapachita y yo no sólo habíamos pasado una noche agradable, sino porque nos comprometimos y nos confesamos que queremos pasar el resto de nuestras vidas juntos, no importa qué tanto tiempo tuviera que pasar antes de que eso sucediera. El camino de regreso a su casa fue de reír y cantar, pero se hizo extremadamente corto, pues pareciera que los minutos que pasó a su lado los disfruto tanto que se me van como agua en mis manos y yo siempre quiero más.
Esa noche, aunque el camino se hizo más corto, lo disfruté como nunca antes y todo se debía al calor de su presencia, al tacto de sus manos, al dulce sonido de su voz
Amigos, yo creo que en este momento deben de estarse haciendo muchas preguntas, pero ñroncipalmente, ¿cómo es que le puedes decir a la persona que quieres y amas qué piensas que están hechos el unos para el otro? ¿Qué sientes que tu futuro y tu destino están con ella?¿ Cómo haces para soltar emociones tan apasionadas cuando aún no son nada todavía? Simplemente lo haces... Le confiesas tu amor a la persona que amas, no por temor a perderla sino porque en verdad quieres que conozca lo que hay dentro de tu corazón, le muestras de la forma que puedas cuánto amas a esa persona...
Claro, siempre hay un riesgo de salir lastimado o que tus emociones no sean correspondidas, pero, esa es precisamente la parte bonita del riesgo ¡Le estás dando tu amor a otra persona y eso es increíble, es admirable, es de gente chingona y de gente fuerte!
A principios de este año, Mapachita supo lo que yo siento por ella, y para mí fue extremadamente difícil decírselo, no por el hecho de hacerlo, sonó porque tenía miedo a que ella me rechazara! Esa noche de enero Mapachita no sólo no rechazó mis sentimientos, sino que los abrazo y me mantuvo con ella, y ese sentimiento con el paso del tiempo ha crecido y créanme que seguirá creciendo con casa día que pasa.
Amigos míos, aquella noche de su mano no sólo emergió un anillo... Emergió su corazón, sus emociones, todo lo que ella siente por mí materializado en un regalo y en una hermosa e inesperada propuesta... Para este punto de la historia, amigos míos, debe de ser más que evidente que, a pesar de las dificultades y de los obstáculos que se pongan en nuestro camino, en verdad quiero y planeo pasar el resto de mi vida con ella.
La amo mucho, amigos míos.
Quisiera terminar este texto diciéndoles que, si ustedes están enamorados de alguien, por favor, no tarden en hacérselo saber. Sus emociones son mucho muy importantes y que el amor que sienten por una persona, mientras sea sincero, siempre vale la pena confesarlo. Vida sólo hay una y es mucho amor el que tenemos por dar. Al final del día, un "no" no es el fin del mundo.
Si llegaron hasta aquí, agradezco enormemente el placer de su atención. Para mí es un gusto estar de regreso por el blog, y ahora que el bloqueo de escritor se ha ido, tengan por seguro que las actualizaciones serán más constantes. Quizá no con un horario, pero sí constantes.
Eso sí, si ustedes tenían la idea de que esté sería otro texto como a los que están acostumbrados, en verdad siento haberlos decepcionado, pero no todo en mi vida es triste jajajaja. Además y más importante, este texto, cómo se pudieron dar cuenta, está hecho con dedicatoria para cierta personita especial de quien ya les platiqué, por lo que espero que lo hayan disfrutado tanto como yo disfruté escribirlo.
Quisiera también tomar está oportunidad para agradecerles por sus preguntas, en verdad es un placer contestarles y ayudarles en lo que pueda, así que, por favor sienta se libres de escribirme.
Ni afinado ni medido, amigos. Nos leemos en unos días.
Pd- Es mi turno de proponerme. Desenme suerte.
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En las trincheras del invierno.
Sé, no sé ¿por qué?, que hay días que son un poco más triste que los demás días. Que el invierno es mucho más triste qué las demás estaciones y que los días nublados suelen ser melancólicos. Ni hablar si llueve o si ocurre, lamentablemente, que en un día se reúnan el invierno, el frió y varias lluvias. ¿se puede juntar tantas cosas en una sola? Me gusta ver las cosas ordenadas, pero como una misma moneda tiene dos caras, acepto que entendí que el orden a veces no es tan bueno.
Esta manera de colocar las cosas es bastante impracticable, sobre todo si hablamos de la memoria, que está constituida por varios objetos llamados recuerdos, que siempre avanzan ocupando más espacios, pero el espacio no es problema cuando hablamos de algo que no pueden percibir los sentidos, porque su misma inmaterialidad está constituida por el espíritu de la propia experiencia, y ahí radica nuestro problema. ¿Cómo algo intangible puede causar daño? En ese orden creo que los recuerdos se van ordenando en nuestra memoria, según categorías, formas, y efectos, en un orden perfecto y estable en la mayoría de los casos, pero relativamente, de vez en cuando hay cierta especie de recuerdos que son más problemáticos y difíciles de acomodar quizás por su propia naturaleza de ser fuente de la experiencia, y en este caso hablo de los recuerdos como la tristeza creo que en ese proceso de orden mental, la tristeza no tiene que ser sumada con más tristeza, porque generamos esa estructura de ir apilando sucintamente un recuerdo sobre otro, mientras trato de ignorar que es una estructura sin armonía, que difícilmente pueda sostenerse, que empieza a tambalear, de un lado al otro, haciendo equilibrio sobre sus propios cimientos, es como ir ordenando todo en una especie de ‘Jenga’, que en un momento dado, con el más pequeño y modesto movimiento todo puede desmoronarse. ¿la memoria a veces puede ser una sustancia? si, variable, en experiencia. Las sensaciones, una variante de la memoria, una cosa, ahí radica la materialidad del ser que buscamos, algo dado, que es en definitiva es la respuesta a nuestra primera pregunta. La experiencia suele dejarnos ciertas piezas para armar y acumular, una especie de Aleph que ocupan tanto el espacio, como todo tiempo, y toda forma.
Sé que no existe cambiar de opinión: existe darse cuenta.
Sé que a veces perderse no es no saber dónde estás sino no saber dónde está la compañía que te guiaba.
Sé que lo más difícil de todo es olvidarse de alguien de quien aprendiste cosas.
Sé que nadie es tan difícil de querer como le gusta pensar que es.
Sé que quererse es un poco tenerse paciencia, pero tenerse paciencia no siempre es quererse.
Sé que acostumbrarse es una manera de combatir el miedo.
Sé que cada vez que se cae un avión había arriba por lo menos una persona que tenía miedo, y que a veces tener memoria es peor que se caiga el avión en el que estás.
Confieso que después de todo este tiempo todavía existen días raros.
Fragmento segundo - Los Domingo.
—Bueno te espero abajo.
—¿Abajo-en-el-pallier? ¿O abajo-dónde?
—Abajo-enfrente. El auto está afuera.
Los sábados y domingos en este departamento las opciones que se barajan son descansar, sociabilizar o salir a pasear. De descansar no me gusta y para sociabilizar sí o sí hay que verse con otra gente entonces como el día estaba lindo decidí salir a pasear. Me comentaron de un lugar así y asá que queda por Guemes, ¿querés que vamos?
Los sábados y domingos también me doy este tipo de licencias y no me detengo mucho en si las cosas están bien o mal dichas, siempre y cuando me entiendan.
-Dale, cambiate y vamos.
El edificio en el que vivo queda en una esquina así que existen por lo menos tres enfrentes. Uno de esos tres enfrentes es un supermercado chino. Al chino se va por lo general a buscar algo en particular, no a pasar el tiempo, ni a ver el tiempo pasar, ni a hacer tiempo, ni nada que tenga que ver con el tiempo. Es más: pareciera ser que lo que uno quiere en realidad es pasar la menor cantidad de tiempo posible ahí adentro. Quizá por eso hago una listas antes de ir, para planificar la hoja de ruta y no tener que improvisar y andar titubeantes por las góndolas como si fuéramos fantasmas o peor: turistas.
Dejando de lado esos enfrente quedan entonces dos enfrentes. Uno de esos enfrentes es una Iglesia, la Iglesia de La Sagrada Familia, le decimos. Del Huerto de los Olivos, dicen los libros. Y google Maps no tengo idea. En realidad, tenemos que usar tantas palabras porque conocemos muchas Iglesias, pero como es Domingo le decimos simplemente La Iglesia. La Iglesia, al menos por fuera, es bastante linda. Ocupa toda una esquina y está cubierta por una enredadera de un verde inglés que se la traga entera, de pies a cabeza, dejando sin cubrir solamente la puerta doble de madera de la entrada y alguna que otra ventana. Y, por supuesto, la cruz de encima. lo tuve que googlear porque no me iba a quedar con la duda, Google maps sugiere una serie de tags, entre los que figuran #paz #verde #enredadera #otoño #primavera #vegetación. En fin, así de verde es la enredadera. La cosa es que además de la cruz y la enredadera La Iglesia tiene una escalinata. Me gusta que exista esta palabra, la palabra escalinata, porque sí, es verdad, una escalera es técnicamente una sucesión de escalones, pero no toda sucesión de escalones compone finalmente todas las veces una escalera. Y esto, esto de acá que está en la entrada de La Iglesia de enfrente, definitivamente no es una escalera. Los escalones son amplios. Duros, claro, son de cemento. Pero amplios. Y al estar en una esquina los escalones acompañan la curva de la ochava y dan toda la vuelta. Son como codos de cemento que abrazan a La Iglesia. Casi todos los mediodías, hay gente congregada en los distintos escalones. A veces hay unas chicas vestidas con ambo de médico almorzando sus bandejitas de plástico con sus cubiertos de plástico y sus charlas de plástico. Otras veces, cuando salgo más tarde, están los chicos que salieron del colegio de al lado y se quedan ahí un rato hasta que se haga la hora de ir a gimnasia o hasta que neutralicen sus hormonas o les surja alguna otra excusa. Alguna que otra vez vi a un chico de traje y morral, sentado solo, con los codos apoyados en el escalón de arriba, los auriculares puestos, mirando a la nada, no se que espera, ni me interesa. Pero todos los días llega una hora (siempre pasa) en la que el sol deja de pegar en los escalones y en La Iglesia y la esquina pierde casi toda su gracia. Ahora, por ejemplo, es Domingo y esta nublado, pero por ejemplo mejor son los sábados y es esta hora, el sol si pega.
El último de los enfrentes es el enfrente más lejano, el que queda en diagonal. Este enfrente es una plaza, normalmente le digo La Plaza porque, no conozco tantas plazas y hasta ahora no necesito usar más palabras. A lo sumo, cuando estoy muy específico, digo “la placita de enfrente”. En La Plaza hay una fuente, una calesita y un monumento en el centro. Hay caminos que nacen en las esquinas y van hacia el monumento y a lo largo y a lo ancho de esos caminos hay bancos y bebederos, además de los demás bancos y bebederos que hay por toda la plaza. En total hay siete tipos diferentes de bancos, los conté el otro día. Están los típicos bancos de plaza, esos largos, de tablitas de madera barnizada; los pseudo sillones de cemento de un cuerpo, bien hundidos y angulares; los bancos de cemento de dos cuerpos, esos lisos, rectangulares, con dos patas que parecen dos columnas enanas. En uno de esos todavía pegaba el sol cuando bajé. Quedaba bien cerquita de la esquina, casi en el nacimiento del camino al monumento, justo entre dos puestos de la feria de artesanos. Creo que fue lo primero que vi cuando puse un pie en la calle y asumí que sería lo primero que verías vos también cuando finalmente bajaras. No lo pensé demasiado, miré que no viniera ningún auto, crucé en diagonal y me senté. Me quedé unos minutos así, sentada, mirando hacia la puerta de casa, a ver si había dejado alguna huella, alguna estela en los adoquines, algún eco de mi caminata. En esos minutos que pasaron salió una vecina y sus ojos me encontraron. Pasaron otros dos o tres minutos y otro par de ojos más. Como no me hablabas me acosté, saqué de la mochila un libro y apoyé la cabeza en mi mochila. Sabía que no podías tardar mucho más, que sólo me alcanzaría para terminar ese capítulo que había interrumpido sin piedad. Me quedarían dos carillas. Pensaba que para que vos me vieras no haría falta que te estuviera esperando con los ojos.
Terminé el capítulo y pensé que para esta altura ya me tendrías que haber visto. Cerré el libro, me incorporé, miré para la puerta del edificio y no te vi. Guardé el libro, saqué el celular y me levanté. Dos llamadas perdidas después me di cuenta de que el sol ya no pegaba, de que decir enfrente es muy amplio y de que a veces, aunque sea Domingo, no hay que ahorrar en palabras.
-El Bar de Guemes no estuvo tan mal.
Manejando por el Boulevard, a eso de las 3 A.M, mientras la llovizna se convertía en lluvia, el frio subía y la calefacción me empañaba los vidrios sonó en la radio Bob Dylan.
“It's gettin' dark, too dark for me to see” Decía una oración de la clásica canción. - se hace tarde, está demasiado oscuro para mí- dije, mientras me enfocaba en llegar. “Demasiado oscuro”, ¿Cuándo es demasiada la oscuridad? la oscuridad en si misma no existe, porque es simplemente la ausencia de luz, entonces ¿Cuándo existe demasiada luz, significa que hay menos oscuridad? a mayor luz, menor oscuridad. En ese momento, tanta luz no había, era más bien solo oscuridad. ¿La memoria? Oscuridad. ¿El tiempo de la vida? Un punto en el espacio.
Si, me dio miedo darme cuenta que estaba oscuro. Demasiado oscuro para mi.
Si, me di cuenta que cuando hace frio, uno sabe donde, verdaderamente, quiere estar, y con quien. En esos días no es lo mismo cualquier abrazo, ni beso, ni siquiera sexo que del calor que se necesita para descongelar la insoportable angustia del pecho que aumenta al saber que eso es imposible porqué perdiste el tiempo en creer que eras más difícil de querer de lo que realmente sos y no saber dónde estás, ni donde estoy. Ahora siento que no estoy perdido solo no sé dónde está quien me guiaba.
Catarsis.
En su momento tuve mis razones para irme y siempre preferí la reserva y simplemente desaparecer mientras me alejo. Nunca me gustaron las despedidas, ni dar explicaciones. Aunque está noche me gustaría que hablemos, porque siempre me lo reprochaste.
-Que papelón. Hago la cuenta de cuánto hace que no te hablo. Concluyo que, ya pasó demasiado tiempo. Asumo que si no es por vos no va a producirse conversación alguna. Busqué adentro mío un motivo. Pero creo que si no lo encuentro, lo invéntelo.
Pienso casi un protocolo pero intento que no suene forzado. En mi mente repaso, casi como un manual de uso, Piense en algo que tengan en común. Si no se le ocurre nada haga el ejercicio a la inversa. Piense en lo último que supo de ella. Abra whatsapp y escriba las tres primeras letras de su nombre en el buscador del chat. Abra la conversación y relea los últimos mensajes. Dude. Piense si no quedó ningún tema pendiente. No concluya nada. Trate de no pensar demasiado. Fracase en el intento. Observe cómo titila el cursor. Escriba “Hola!”. Añada a la oración un emoji al azar. Bórrelo. Escriba dos puntos seguidos de un paréntesis de cierre. Borre todo. Haga de cuenta que está hablando con un extraño. Haga de cuenta que hablan todos los días. Observe la hora de su última conexión. Vuelva a observar cómo titila el cursor. Convénzase de que es una buena idea. Genere la interrupción que está necesitando. Levántese de su silla y vaya hasta la cocina a apagar la hornalla. Vierta el contenido de la pava que estaba al fuego en un termo. Aproveche el viaje y desplácese hasta el perchero de la entrada. Tantee los bolsillos de la campera como si estuviera buscando algo. Convénzase de que lo que está buscando no es una excusa. No la encuentre. Prepare el mate. Cambie de escenario. Cierre la notebook. Agarre el teléfono. Vuelva a abrir whatsapp. Scrollee la lista de chats de los últimos dos meses. Deténgase en alguna que le llame la atención. Ábrala. Pierda el tiempo. Ódiese por estar esquivando el tema. Siga scrolleando hasta llegar a la conversación. Constate que la hora de su última conexión siga siendo la misma que hace un rato. Junte coraje. Siéntase ridículo. Desdramatice. Tómese un mate. Presione el micrófono y deje salir las palabras de su boca. Entienda que no va a poder pronunciar ningún emoji. Trate de no mirar la pantalla mientras habla. Evite sentirse condicionado por la duración del mensaje. Intercale preguntas con información. Trate de sonar interesado y a la vez trate de interesar. Simule un intercambio epistolar. Pregúntele a su ser querido por sus seres queridos. Hable de los suyos. Hable de los seres queridos que tienen en común. Cuéntele sobre los últimos sucesos relevantes de su vida. Omita algunos. Dele la oportunidad de fingir interés. Créale su reacción al recibir un audio suyo. Acepte que quizás su alegría es genuina. No le eche la culpa por la falta de fluidez en el vínculo. Considere que usted tampoco aporta demasiado. Aproveche que en su respuesta se filtran unos ladridos y salude a los demás participantes. Evite preguntar por su padre. No incurra en preguntas encabezadas por la frase “qué sabés de” o “qué es de la vida de”. Sea permeable a propuestas que impliquen encuentros en el futuro inmediato. Deje que su interlocutor disponga hasta cuándo va a durar esa conversación. Quédese con la sensación del deber cumplido.
Solo quiero enviarte nuestras fotos sin decir nada, quizás solo un "hola" y volver a saber un poco más de vos otra vez, por lo menos que haces de tu vida, o de tu día. No quiero decirle a alguien que averigüe por mí, ni quiero crear una red social falsa para espiarte, esperando impaciente que me aceptes, quiero que vos me digas lo que quieras: ¿Qué hacés para no enloquecer? ¿En qué canales te quedás? ¿Cocinás? ¿O te cocinan? ¿Qué cocinás? ¿Salís a comprar? ¿Fumas más o menos? ¿Te tocás? ¿Qué hacés con mis fotos, las borrás? ¿Dormís siesta? ¿Tenés amigos en dónde estás? ¿Cada cuánto hablás con tus papás? ¿A qué hora pensás en mí? ¿En qué momento del día decís “no (me/te) aguanto más”? ¿Cuántas veces pensaste en mandar todo a cagar? ¿Tenés mascotas? ¿Un perro, quizás? ¿O te da igual? ¿Tenés patio en dónde estás? ¿Terraza? ¿Tenés algún lugar en donde te dejen en paz? ¿Hacés la cama cuando te levantás? ¿A qué hora te levantás? ¿Dormís sólo o con alguien más? ¿Cuál es tu válvula de escape? ¿Te cortaste el pelo? ¿Te bañás a la mañana? ¿O a la tarde? ¿Ya te pusiste en pedo? ¿A tus amigos del barrio los extrañás? ¿Alguien te extraña? ¿Querés que te extrañe? ¿O te da igual? ¿Qué cosas extrañás? ¿Cuándo no me escribís es porque no podés o porque no querés? ¿O porque no querés abusar? ¿Y cuándo me escribís es porque no podés más? ¿No tenés miedo de que no tengamos nada de qué hablar? ¿No te pasa que a veces no te acordás por qué gustabas de mí? ¿Y sí en realidad no gustabas tanto de mí y era nada más para pasar los días? ¿Cómo hacés ahora para que pasen más rápido los días? ¿Escuchás música? ¿Qué música escuchás? ¿Hacés ejercicio? ¿Hacías antes? ¿Aplaudís a las nueve? ¿Te reís de los que aplauden a las nueve? ¿Cuándo fue la última vez que aplaudiste? ¿Si te llamara por teléfono ahora me atenderías? ¿Me tenés agendado en tu celular? ¿En qué parte de tu casa pasás más tiempo? ¿Con quién conversás? ¿Cuándo pensás que va a terminar? ¿Jugás a las cartas? ¿Con quién jugás? ¿Sos buena mintiendo? ¿Te gusta amasar? ¿Qué hacés con las manos? ¿Tenés plantas? ¿Las cuidás? ¿Con la plata cómo te arreglás? ¿Ya le escribiste al transa? ¿Cuánto hace que no tomás? ¿Volverías a tomar? ¿Lavás vos los platos o los lava alguien más? ¿Ves películas o te aburre? ¿Qué noticiero mirás? ¿Hacés arreglos en tu casa o ya no te quedan cosas por arreglar? ¿De la limpieza te ocupás? ¿Están preocupados tus papás? ¿Te llevás bien con tus vecinos? ¿A vos también se te corta internet? ¿A qué hora te empezás a quedar sin batería? ¿Adónde te gustaría viajar? ¿Cuándo me dijiste que te habría gustado estar encerrado, pero conmigo lo dijiste de verdad? ¿Lavás el auto, aunque no lo vayas a usar? ¿Sos de hacer ruidos cuando te despertás? ¿Te cae bien el presidente? ¿O te parece un chanta total? ¿Hablás de política con tu familia? ¿O la ven pasar? ¿Te gusta el silencio? ¿O te asusta? ¿Rompiste algún vaso? ¿Tomás agua? ¿Comés fruta? ¿Qué pensás de Guido Kaczka? ¿Cómo se llama tu mamá? ¿Qué desayunás? ¿Desayunás? ¿Desayunás sola? ¿Con quién desayunás? ¿Te tatuarías el nombre de alguien más? ¿Te gusta cantar? ¿Después de coger abrazás? ¿O te vas para allá? ¿Tenés segundo nombre? ¿Sabés andar en moto? ¿Me enseñás? ¿Cada cuánto te cortás las uñas? ¿Usás gorra y reloj aunque no vayas a ningún lugar?
-(¿Falta mucho para que te pueda volver a abrazar?)
Te escribo porque quiero estar allí, cada mañana, contigo. Quiero estar en tu primer sorbo de café, en tu mirada perdida, y en cualquier lugar de tus piernas cruzadas. Quiero estar cuando te miras las manos pensando que te falta algo, y que pienses que en tu cocina hay lugar para dos cafes todas las mañanas. Como te explico que esos días que no podes más quiero que me pidas ayuda.
(Y cómo le digo yo que quiero estar en todos sus días; en los que puede y en lo que no. Y comó le digo que quiero, también, estar en todas sus noches, aunque sólo sea para ponerme en la puerta para no dejar entrar sus miedos.)
Quiero que te des cuenta, que esta vez, cómo otras veces, estoy volviendo, sin entender ¿por qué vuelvo?
A veces me gusta perderme, pero siempre que estoy lejos aparece alguien que me conoce y me haces pensar ¿Quién carajo soy y a dónde voy? ¿por qué mierda voy solo? Necesito compañía. Así pienso y si pienso existo -déjame con la duda de quién soy un tiempo racionalista del orto- ¿Qué me molesta? ¡No me gusta ser yo! tampoco busco ser alguien más, pero a veces me convierto en alguien que no soy, pero si me gustaría ser, soy lo que quiero, pero no so, lo que soy. Me da culpa ser yo a veces. Tampoco se el “como” pero siempre término borracho y eso me lastima, las resacas me lastiman, y aunque no haya tomado, los Domingos me siento con resaca, existen olores que me dan resaca, como el perfume de esa gringa tremenda que me voltio una vuelta -Camila, creo-, cada vez que siento el perfume de cheta me dan arcadas porque me trae recuerdos de esa resaca y que yo nunca quise estar con esa chabona aunque estaba buena, como para presumirla al otro día en el asado con los chicos, mostrar su Instagram y decirle "mira ese ortazo" a los pibes, pero no. La noche siguiente, me quede en mi casa a punto de llorar, o llore. Nunca quise estar con Camila y no entiendo porque estuve con ella, capaz porque fue ahí donde me di cuenta, pensaba que esta bien, que era un buen momento, como todos los findes de semana, que me levantaba una Camila diferente, o Sofia, Agustina, Marina, Chiara. Pero fue ese Domingo - El que Camila se fue a su casa- donde me desperté con resaca y vi el ropero, me faltaba una remera, la “Talle ‘L’, Blanca”, esa era la que usabas cuando te quedabas a dormir. En ese momento me di cuenta de dos cosas, primero que había perdido para siempre un pedacito de vos, y segundo que esta perdiendo muchas remeras, lo que no era bueno, no era una buena racha de mujeres, porque había estado con varias, tantas personas habían pasado por mi departamento y si tantas personas estaban a un paso de entrar y salir del lugar donde estaba, si tantas personas vinieron en estos pocos días, si estuve tan rodeado. ¿Por qué me siento tan solo?.
-Me acuerdo que esa noche fui hasta el comedor a oscura y escribí-
“El ropero, hoy es reflejo. Vacío, Corazón. El espejo, no refleja”
Esa remera era cara. Encima tendría que volver a conversar con Camila, estaba buena.
Fin
Me dijeron "a veces hay que perderse para encontrarse" que frase poronga, yo cuando me pierdo soy feliz porque me siento menos yo. Aunque a veces me gusta ser yo y me cuesta encontrar el camino para volver, porque me re fui, ni idea a donde me fui me perdí, por eso búscame -no para no me busques- Si, búscame que tengo miedo, y está oscureciendo, quédate conmigo esta noche y un par de días, así me acuerdo quién soy. Vos me haces menos culpable de ser yo, vos de golpe siempre me encontras algo que ni yo sabías que tenía y me haces querer ser un poquito más yo y estar menos perdido. ¿queres acompañarme? No, donde me vas a acompañar. Mira si nos perdemos ¿Quién nos va encontrar? O peor todavía ¿si te pierdo? Y te vas muy lejos, y no nos encontramos más porque vos te encontraste a vos y te diste cuenta que no necesitas buscarme a mí. No sé expresarme, pero tengo miedo de perderte y el miedo me pone triste, aunque lo disimulo, y triste me emborracho y hago cosas que no quiero como moverme una concheta y despertarme angustiado porqué esa no sus vos y no sé a dónde ir a arreglarme porqué me siento roto por adentro.
Quiero volver a poner mi vida en tus manos, y si coloco mi vida en ese lugar es para que me hagas mimos en el alma y caricias en la piel. Para que me quites con alguno de tus dedos alguna lágrima rebelde. Y con otro, en mi boca, no me dejes decir lo que no siento. Y para que me mezas cuando no paro de llorar...
Quiero que vengas y me abraces mientras dormirnos, porque no soy tan frio como aparento, ni tan fuerte como me gustaría, y ese nudo asfixiante en mi pecho solo se va cuando estás conmigo, porque en ese momento ya no hay dolor, ni preocupaciones, ni desolación. ahí estas vos.
Perdón por enseñarle a alguien más lo que vos me enseñaste.
A esta altura creo que ya no podemos ganar más vida de la que tenemos, ni disfrutar otra vida diferente de la que ya vivimos.
Hay personas que viven una vida en un segundo.
Así, definitivamente, la vida más corta y la más larga resultan los mismo.
El presente es de igual duración para todos. Y el pasado ya se nos fue, el provenir no es nuestro, ya que nunca nos pertenece. Todos, el que vive una vida en un segundo, y los que en una vida no viven un segundo. O los que viven varias vidas en una vida, es igual. Ya que en definitiva solo tenemos una cosa. El presente. Todos ganamos y perdemos lo mismo. Tiempo.
Piensa que solo disponemos de un tiempo limitado. Solo podemos buscar una cosa. Al final, lo único que va a ser eterno; son los momentos...
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De Afrodito a Dionisio
Empecé a bajar ideas hace unos días cuando se cumplieron nueve años de la muerte de Leo Mattioli y hoy, que cumpliría 48 años, creo que es un buen momento para aflojar con el divague e ir cerrando este texto. Me termino de decidir cuando veo que se anuncia la publicación de un inédito de Sandro porque en mi mundo decir Leo es decir Sandro y decir Sandro, obviamente, es decir Leo. Seguramente la fuerza vital de esta simbiosis emocional la tenga que buscar en mi configuración personal: Sandro es el artista favorito de mi vieja y Leo Mattioli el de mi hermana mayor. En esta casa las canciones de uno y otro se escuchan desde siempre y se mezclan en el aire. Pero estoy seguro de que, más allá de eso, hay una historia que empieza en Sandro y continúa -y termina- en Leo. Empiezo por acá: El Gitano y el León fueron los únicos dos crooners de origen plebeyo que arribaron al éxito popular absoluto en nuestro país.
Cierto es que el fenómeno Leo Mattioli es más regional. Aunque supo conquistar al público a lo largo y ancho del país y llenar las salas más prestigiosas de Avenida Corrientes, Leo pertenece a Santa Fe del mismo modo que La mona Jimenez le pertenece a Cordoba o Woody Allen a Nueva York. Leo Mattioli es un sentimiento que ningún santafesino, por mas snob que sea, desconoce. Porque es signiicado y a la vez significante. Porque es lo que designa y también lo designado. Es la plaza a la hora de la siesta y es la gente que la camina. Es el boliche y sus luces calientes así como el recuerdo del boliche y sus luces calientes. El caso de Sandro es más complejo porque su historia es más larga y su éxito mayor. Quiero decir que aquello que designa Sandro es más voluble: su piedra filosofal del rock, su cine de cantores, su éxito en el resto del continente, su contacto con otros personajes del ambiente, su imagen de sex-symbol, su época y su épica. Hay tantos Sandros como sandristas -o nenas, que somos todos- mientras que Leo representa un tiempo y un espacio con la fidelidad que da el pertenecer. Sandro es Afrodito: veneración de la sensualidad y la belleza. Leo es Dionisio: la transformación de la erótica afrodisíaca en deseo ordinario. Fertilidad y vicio. Con Leo asistimos a la muerte de lo simbólico para asistir al nacimiento de lo real. “Sin habernos lavado la cara/Sin hacernos asco a nada”. Leo se toca, saliva, se muerde. En su universo no hay lugar para la metáfora. Está ahí, como cantaba Cienfuegos: La sangre y la leche juntas. Y yo agrego la carne y el sudor y el aliento caliente y las miradas lascivas. Y el body heat mojado de nuestras pampas condensado en el ambiente de algún boliche de pueblo. Lo que en Sandro se queda en sugerencia y erotismo, en Leo se transforma en decidida sexualidad y exceso. Al respecto podríamos decir que las épocas de uno y otro son las que signan estas diferencias pero me parece una lectura por lo menos haragana (aunque no por ello errónea). Por el contrario, me gusta diseccionar la diégesis de uno y otro y entender la de una como la secuela del otro. La mejor forma de explicarme la encuentro ubicando a Leo como la única célula sobreviviente que se desprende de la música romántica hispanoparlante de éxito, lease Camilo Sesto, Leo Dan, Los Pasteles Verdes y un eterno etcétera. Hay ejemplos concretos -su disco Canciones Románticas del 2003- pero no solo ejemplos concretos. Quiero decir: además de un disco homenaje, toda su música desciende de ese universo al que se le suma la erótica carnal y desprejuiciada que embandera su música y, finalmente, lo que Gaston Ribba llama acertadamente “tufillo prostibulario”.
Sandro es el hijo sudaca y tercermundista de Elvis -no podía evitar que aparezca la sombra de El Rey en algún momento del texto- pero a Leo esa herencia le queda ya lejos y toca -anécdotas- de oído. Sandro fue un crooner hasta el final de sus días en el escenario. Envuelto en su bata roja y arropado por luces de cabaret, nunca pudo dejar de ser Elvis. Lejos de la pavada onanista que empuja a muchos a abandonar su lugar en el mundo para querer trascenderlo, el gitano hizo propia la estela de su estrella y sostuvo sus insignias hasta el final de sus días. Leo también fue un crooner aunque nunca lo supo o, mejor, nunca le importó. Sin bajarnos de los escenarios: Leo se duele en sus canciones casi siempre autobiográficas del mismo modo que Sandro se dolía en su teatro -en tanto ficción- de amor y pasión. Los dos fueron las citas y las referencias de otros en un mundo pop que es, naturalmente, un mundo rebalsado de citas y referencias. Sandro consagrado a una verdad mayor y Leo a su propia verdad que resultó ser, también, una verdad mayor. La figura de Sandro se configura en un mundo cargado de iconos, la de Leo en una cultura ya decididamente de mixtura. En los Dos (mayúsculas adrede) se sostiene la santa trinidad: Dios, micrófono y sexo. En el margen escribo: Se me ocurre una analogía muy tonta pero que me parece divertida, Sandro es Shakespeare y Leo es lo que Orson Welles hizo con las obras del inglés. Otra diferencia sustancial que los amalgama: Sandro nace para ser un estrella y las estrellas nacen para ser reflejo de su público. Leo, por su parte, fue un estrellado. Quiero decir que la carrera de Leo está signada desde el principio por la tragedia y por el ritmo meteórico que exigió siempre la movida tropical mientras que el ascenso de Sandro, si bien pronunciado y feroz, se da en una dinámica más propia del desarrollo clásico proporcionado por la industria musical. Por su parte, Leo canta en su primer disco solista (Un homenaje al cielo, 2000) una canción como “Solo le pido a Dios” en la que ya empieza a aferrarse a su materialidad. Y se sabe: uno se aferra a lo que comienza a perder. ¿Como no resultaría tremendamente significativa la obra de un tipo que empieza a despedirse en su primer disco?
Ya que estamos por acá: Toda leyenda tiene su evento -mito, en algunos casos- fundacional: El de Sandro puede variar según a quien se le pregunte. A mí me gusta ubicarlo en el lanzamiento de Beat Latino (1968), pero habrá discrepancias al respecto y eso es para otro texto. El de Leo, en cambio, admite menores discusiones: El accidente que sufriera el 15 de enero del 2000 -del que saldría con su primer y fantástico disco como solista (lanzamiento definitivo de su carrera)- y que signaría desde sus secuelas la naturaleza de la vida del León en la década siguiente y final. Leo vivió como un rockero de otro tiempo: rápido y con dolor. Basta revisar esa década final: los trajines, los cambios de look, el reguero de discos y canciones y variantes dentro de un estilo definido, sus visitas al sillón de Susana o la mesa de Mirtha, sus infinitas noches recorriendo la provincia en presentaciones retrasadas y mínimas hasta grandes recitales en prestigiosos teatros. Sandro perteneció a otro tiempo y a otro ambiente que si bien fue su ruina -inevitable, ya decía Bukowski “encuentra lo que amas y deja que te destruya”- le permitió vivir a otro ritmo. Sobre el final arriba de los escenarios los Dos paraban sus recitales para ir tras bastidores a recargar el oxígeno que sus pulmones ya se negaban a proporcionarles. Pero Leo andaba por los treinta y pico y Sandro ya había pasado cómodo los 50. El público crea a sus ídolos a imagen y semejanza pero a sus dioses les da otras libertades. La libertad de Sandro fue la vida domestica, la de Leo la de ser mártir de un genero bastardeado hasta el hartazgo por la gente -de- bien. En lo musical la paleta de Sandro, se sabe, va desde el rock and roll hasta la balada pasando por todo lo que hay entre ellas e incluyendo, también, lo que habita en los márgenes. Fue un compositor de alto vuelo -aunque su raíz es de intérprete- con un sello vocal inigualable en estas tierras. El alcance de su música es de los pocos que no entiende de fronteras en un país condenado a etiquetar y descartar. A Sandro lo han admirado desde Pappo y Charly García hasta Leo Mattioli. La paleta de Leo ofrece principalmente una cumbia florida y de un romanticismo carnal que la gente prestigiosa tildaría de grasa. Grasa, sí: caliente y plebeya como todas las cosas por las que vale la pena vivir (pensemos en el primer Sandro y sirva como ejemplo cabal su temazo New Wave “Eso que se hace de a dos”). Pero Leo también fue -quien osaría dudarlo- un compositor de primer nivel, un intérprete sanguíneo y un cantante imponente. La herencia de Sandro es global y la de Leo -ya lo dije- regional. Por eso en la cumbia santafesina post-Leo Mattioli no hay nadie que pueda ignorar su estigma -en el sentido religioso del termino-. Hombre o mujer, sus hacedores llevan la cruz de Leo con o sin pesar -los que la llevan con pesar son los que más me repelen- y subsisten en un mundo que parece saber que ya nada podrá hacer más que mantener encendido un fuego que de aquí en adelante irá sin remedio hacia las cenizas.
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Diabolik Lovers Lunatic Parade: Ayato, Capítulo 1
Al final del capítulo voy a dejar unas notas (*) como curiosidades que me resultaron interesantes. Porque ahora 0takuDL además de traducir sobre vampiros chinos se molesta en compararlo con cosas de la vida real.
Muchas gracias a @tournesolia por permitirme traducirla dese el inglés.
Prólogo general- Prólogo Sakamaki
Traducciones Lunatic Parade
-Suburbios de la ciudad del castillo de Bernstein.-
Yui: (¡Tengo que recuperar mi corazón, sin importar qué... !)
-Carruaje.-
Ayato: Ah, chichinashi, mira aquí. ¡Podemos ver el castillo!
Yui: ¿Eh... ?
Ayato: Heeh... La ciudad del castillo parece bastante llena de gente. No es de extrañar ya que hay un desfile.
Jeje. ¡Será divertido... !
Yui: Ah... ¡Espera un minuto!
(Divertido, eh... ¿Él no estaba buscando mi corazón... ?)
Ayato: ¿Hm? ¿Qué con esa cara... ?
Ah. Tal vez estás pensando que el gran yo se olvidó completamente de tu corazón.
Yui: Ugh...
Ayato: Heh. ¡Obvio que no! Lo recuerdo claramente.
Pero incluso si ese es el caso, primero tenemos que recoger información de ése tipo “Walter”.
¿Entonces por qué no disfrutas un poco del desfile?
Yui: ¿¡Eeeh... !?
(¿Estará bien que nos tomemos un tiempo... ?)
…
Ayato: … ¿Estás tan preocupada por tu corazón?
Yui: … Bueno...
Ayato: Oye, escucha.
Definitivamente el gran yo recuperará tu corazón.
Así que deja de preocuparte. ¡Confía en mí!
Yui: … Está bien...
(… Es cierto. Yo elegí a Ayato-kun... debo confiar en él... )
Ayato: Bueno... Tomémonos un pequeño descanso antes de llegar.
O debería decir, déjame tomar prestado tu regazo.
Yui: … ! ¿¡A-Ayato-kun!?
(¡Él se acostó y apoyó su cabeza en mi regazo... !)
-Después de un tiempo.-
Yui: (El conde Walter... ¿Con qué propósito tomó mi corazón... ?)
(Eh... Kleinod... ¿era eso?)
(Parece que soy capaz de vivir gracias a eso, en lugar de mi corazón... Pero... )
…
(… Tengo que parar. No puedo hacer nada más que sentirme ansiosa cuando pienso en eso. )
(Como Ayato-kun dijo, debería dejar de preocuparme tanto... )
Ayato: .. Zzz... Zzz...
Yui: (Jeje. Ayato se siente relajado cuando duerme... )
*De repente el carruaje se detiene.*
Yui: ¡Kyaaa... !
Ayato: ¿¡Owah!?
*Ayato se cae.*
Ayato: A... ¡¡Auch!!
Yui: (¡Ah... ! ¡La frenada hizo que Ayato-kun se cayera... !)
¿¡E-Estás bien... !?
Ayato: ¿Q-Qué demonios? ¡El gran yo estaba durmiendo tan bien... !
*Ayato se levanta.*
Ayato: ¡Oye, familiar! ¿¡A esto le llamas conducir!? ¿¡Me estás jodiendo!?
Familiar: ¡D-Discúlpeme... ! De repente alguien saltó detrás de ese árbol...
Ayato: ¿Alguien... ? Qué carajo... Ése bastardo de negro...
Yui: (Ah... Un hombre con ropa negra y un caballo está bloqueando el camino... )
(Además, parece que está observándome... )
Ayato: No sé quién es pero no me agrada... ¡Mierda! ¡Iré a quejarme!
Yui: Ah, ¡Ayato-kun... !
Ayato: Oye, no salgas. Espera obedientemente dentro del carruaje... ¿¡Entendido!?
*Ayato se va.*
Yui: (Se fue... )
(¿Estará bien solo... ?)
-Suburbios de la ciudad del castillo de Bernstein.-
Hombre de negro: …
Ayato: ¡Oye! ¡El tipo de negro de ahí! ¡Tienes agallas para bloquear mí camino!
¿¡Quién demonios eres!? ¡Bájate de tu caballo y dime tu nombre!
*El hombre se baja.*
Hombre de negro: … Soy el portero.
Ayato: ¿Thegate...? Heh, qué nombre extraño. [Ayato entendió mal. ]
Portero: Ese no es mi nombre... En otras palabras, soy el guardián de la puerta del Makai.
Mi deber es hacer guardia y no dejar entrar a aquellos que no sean aptos para el Makai.
No puedo evitar admitir que ésa asquerosa mujer dentro del carruaje no es ni un demonio ni una persona.
Ayato: ¿¡Aah!? Oye, ¿¡qué acabas de decir!?
¿Ella es una mujer asquerosa? ¡No digas idioteces o te patearé!
Yui: (… ¡Esto es malo! ¡Tengo que detenerlo! )
*Yui sale del carruaje.*
Yui: ¡Ayato-kun! ¡Tranquilízate!
Ayato: … ! ¿¡Chichinashi!? ¡Idiota! ¿¡Por qué saliste!?
Yui: ¡Porque... !
(A este paso, ellos pelearán... )
Portero: Hmph. Con que es así... Oye, mujer. Tendré que reducirte.
*El portero agarra a Yui.*
Yui: ¡Kyaa... !
Ayato: … ! ¿¡Crees que te dejaré hacer eso!? ¡¡Suéltala!!
Portero: … !
Ayato: ¡No voy a entregársela a tipos sombríos como tú!
¡Vamos, chichinashi! ¡¡Corre!!
Yui: ¡S-Sí... !
*Ambos salen corriendo.*
-Calle principal Glimmer.-
Ayato: Haa... Haa... Parece que nos las ingeniamos para escapar de él.
Hay mucha gente aquí, así que estaremos bien incluso si ese tipo de negro de antes nos persigue.
Yui: De hecho...
(Pero... ¿Realmente estuvo bien escapar... ?)
(Ésa persona dijo “una asquerosa mujer que no es ni un demonio ni una persona”... )
(¿Se refería a mí... ?)
(Ahora el Makai debe de ser más peligroso de lo que imaginé... )
Ayato: … Oye, ¿por qué tienes esa cara triste?
Yui: ¿Eh... ?
Ayato: … Oye, chichinashi. Le perteneces al gran yo.
Nunca te entregaré a otro chico.
Así que deja de preocuparte.
El gran yo recuperará tu corazón así que deberías pasar tu tiempo en el desfile sin preocupaciones.
Yui: (… Ayato-kun... )
(Es cierto. Ayato-kun está conmigo... Seguramente estaré bien. )
(Porque seguramente él vendrá a ayudarme sin importar lo que suceda... )
De acuerdo. Hagámoslo.
Ayato: Hm. Entonces vamos.
Hombre vampiro A: Oye, ¿has visto el afiche en la plaza... ?
Mujer vampiro A: Sí, están buscando al hijo del Señor KarlHeinz, ¿verdad?
Hombre vampiro A: Es cierto, “Sakamaki Ayato”...
Yui: … !?
(¿¡Ayato-kun está siendo buscado... !? )
Ayato: ¿Ah? ¿Qué pasa con el gran yo?
Hombre vampiro A: Ah... ¿“El gran yo”... ? Tú, ¿puede ser que seas... Sakamaki... Ayato... ?
Ayato: … ? ¿Sí?
Yui: (… ! ¡Ayato-kun lo admitió! ¡Tengo que despistarlos... !)
¡Vámonos de aquí!
*Yui agarra a Ayato.*
Ayato: ¿Ah? ¿Qué sucede tan de repente... ?
Yui: (¡Tenemos que alejarnos de ellos sin importar qué... !)
*Yui y Ayato corren.*
-Calle Gilmmer, callejón Eisen(*).-
Ayato: Hmm... Ya veo. Así que me buscan...
Bueno, esto también debe de tener conexión con el tipo de la puerta.
Hmph. ¿Está provocándome? Tiene agallas.
Yui: Como sea, es por eso que deberíamos evitar los lugares concurridos tanto como sea posible...
Ayato: … Bueno, puede que tengas razón...
… Oye, chichinashi.
Yui: ¿Eh?
… ¡Kyaa!
*Ayato la acorrala contra la pared.*
Ayato: En realidad te refieres a que querías que nosotros estuviéramos a solas, ¿verdad... ?
Yui: ¿¡Eh... !?
Ayato: En ese caso, debiste haberlo dicho con sinceridad... ¿Entiendes?
Porque el gran yo siente exactamente lo mismo. *Beso.*
Yui: ¡Hm... !
*Beso.*
Yui: ¡Ah... ! ¡Ayato-kun, este no es momento para hacer algo así... !
Ayato: Cállate. ¿No estabas invitándome?
Entonces voltea hacia aquí. Voy a hacerlo una vez más. *Beso.*
Yui: Hm...
(… No. Rechazar a Ayato-kun es... )
Hombre vampiro A: Pensé que se fueron por aquí...
Ayato: … !?
Yui: (… !! ¡¡Alguien viene!! )
Ayato: Tch... Parece que esas molestias regresaron. Seguiremos después. ¡¡Ven!!
*Ayato sujeta a Yui.*
Yui: Kyaaa... ¡Ayato-kun, espera... !
*Ayato y Yui corren.*
-Pasillo subterráneo.-
Ayato: Mierda... Pensaba disfrutar del desfile pero ése tipo de la puerta lo arruinó...
Oye, chichinashi. ¡Tomemos un descanso!
Yui: ¿U-Un descanso... ? ¿En dónde?
Ayato: … En un lugar que se vea bien... Bueno, esa puerta de ese lado, podríamos abrirla y entrar... ¡Eh!
*Ayato abre la puerta.*
Yui: (… ! ¡Él abrió la puerta sin permiso... !)
Ayato: Oh. Se ve mejor de lo que pensé. Entonces sentémonos y descansemos.
Yui: Ah, Ayato-kun... ¿Este no es el sótano de la casa de alguien... ?
(¡Si ellos se enteran de que entramos sin permiso... se enojarán! )
-Pequeña habitación del subterráneo.-
Ayato: Heeh... Bueno, está un poco empolvado pero no lo esperaba...
Ahora entonces... vamos a tomarlo con calma.
Yui: (Ayato-kun está completamente relajado... )
→ Advertirle. (M. )
Yui: (Aún así, sería mejor advertirle... )
… Oye, Ayato-k...
Ayato: Bueno, siéntate tú también. Debes de estar cansada ya que corrimos tanto.
Yui: (¿Está preocupándose por mí... ? Él estaba dudando... )
→ Quedarse callada. (S. )
Ayato: Bueno, siéntate tú también.
-Terminan las opciones.-
Yui: E-Está bien...
*Yui se sienta.*
Yui: (No hay de otra... Si llega el dueño, le explicaremos nuestra situación... )
(… Pero si esa persona sabe que estamos siendo buscados... ¿Qué deberíamos hacer... ?)
(Deberíamos haberle explicado nuestra situación al portero... )
(Creo que sería mejor que él cancele la búsqueda... Pero... )
*Flashback.*
Ayato: … Oye, chichinashi. Le perteneces al gran yo.
Nunca te entregaré a otro chico.
Así que deja de preocuparte.
*Fin del flashback.*
Yui: (Estaba tan feliz cuando Ayato-kun dijo eso... )
(Y se enojó cuando el portero me llamó “mujer asquerosa”... )
(No importa lo que diga, claramente él estaba pensando en mí... )
(Después de todo, como Ayato-kun dijo hace un tiempo... )
(… ¿Eh... ?)
Ayato: ¡Oye, chichinashi! ¡Mira! ¡Esta habitación está llena de cosas interesantes!
Yui: … ¿¡Ayato-kun!?
(¡Está revolviendo el estante sin permiso... !)
¡A-Ayato-kun... ! ¡Si tocas las pertenencias del dueño sin permiso, se enojará... !
Ayato: ¿Ah? Está bien, no voy a robar nada...
Como sea, vamos... Ven aquí—
… !? ¡¡Uwah... !!
Yui: (¡¡Los estantes están... !! )
(¡E-Esto es malo... ! ¡Se cayeron... !)
Ayato: U-Ups...
*Alguien abre la puerta.*
???: ¿¡Quién anda ahí!?
Yui: (… ! ¡Nos atraparon! )
Ayato: … Oh, ¿estamos molestando?
Dueño: … ! ¿¡Quién eres tú!? ¿¡Qué demonios están haciendo en el sótano de la casa de alguien!?
Ayato: ¿“Qué”, preguntas... ? Como ves, estamos descansando. ¿¡Eso está mal!?
Dueño: ¡¡Claro que está mal!!
Yui: Ah, ¡Ayato-kun... !
¡Estamos en la lista de buscados, tenemos que engañarlo antes de que esto se vuelva grave... !
Ayato: Tch, cállate. ¡Lo supe antes de que me lo dijeras! … ¡Eh!
*Ayato tira un estante sobre el dueño.*
Dueño: ¡Uwah!
Yui: (¡Otro estante... !)
Ayato: ¡Oye, chichinashi! ¡Ahora! ¡¡Corramos!!
Yui: ¡Kyaa... ! ¡E-Espera, Ayato-kun... !
*Corren.*
-Calle Gilmmer, callejón Eisen.-
Ayato: *Suspiro.* … Eso estuvo cerca...
Yui: … Cielos, ¡no importa cómo lo digas, fuimos demasiado lejos!
Ayato: ¿¡Ah!? ¡Cállate!
¡Si holgazaneamos así, seremos descubiertos!
Yui: … Es cierto, ¡pero... !
Ayato: Como sea, ya no podemos regresar al sótano después de eso...
… No queda de otra. De acuerdo, vamos por aquí.
Yui: (… Si vamos por ahí, regresaremos a la plaza de antes... )
¡Ayato-kun, espera... ! ¿Qué rayos... ?
Ayato: El gran yo tiene una idea... Acerca tu oído.
*Ayato se acerca.*
Ayato: Debe haber una tienda de ropa en la plaza que encontramos. Vamos a disfrazarnos allí.
Yui: ¿Disfrazarnos... ?
Ayato: Las calles están llenas de gente disfrazada gracias al desfile.
Si engañamos a ésos tipos, podremos avanzar más sin que nos reconozcan.
Yui: Oh... ¡Ya veo! ¡Eres increíble, Ayato-kun... !
Ayato: Heh, ¿qué tal? Como sabes, soy muy impresionante.
Ahora, deberíamos escabullirnos y no ser tan distinguidos.
Yui: … ¡Sí, de acuerdo!
-Tienda de ropa.-
Ayato: Uff... Al fin llegamos a la tienda.
Yui: (Gracias a Dios... )
(Nadie notó que yo estaba aquí a diferencia de la última vez cuando vine al Makai, ¿debe de ser porque no tengo corazón... ?)
(… Pero aún no puedo sentirme aliviada. No podemos ser descubiertos por los empleados de la tienda... )
Empleado: ¿Puedo ayudarle?
Ayato: Síp. Quiero un disfraz para el desfile. Para el gran yo y para ella.
Empleado: ¡Claro! En ese caso, yo recomendaría estos que llegaron hoy.
Ayato: Oh, muéstrame entonces.
*Ayato se va con el empleado.*
Yui: (… Realmente Ayato-kun es impresionante... )
(En ese caso, no hay forma en que alguien piense que somos criminales buscados... )
Ayato: Hmm, hay bastantes disfraces. Oye, chichinashi, ¿cuál te gusta?
Yui: … Hmm, veamos...
(Una máscara o algo sería buena para ocultar mi rostro... )
Ayato: … Oye, mira hacia aquí.
Yui: ¿Eh?
Ayato: Tú. Deja de jugar y elige en serio. No tienes sentido de crisis. [Noción de que no tienen tiempo porque están en peligro, creo(?. ]
Yui: … !
Ayato: … Oye, ¿qué piensas sobre estos lentes? Ahora, si corro mi cabello para este lado, estará perfecto.
Yui: … Ayato-kun... Justo ahora, tú...
(¿Estás imitando... a Reiji-san... ?)
Ayato: Jeje, ¿qué tal? Gran parecido, ¿eh?
Yui: … Pff...
Ayato: Ah, ¿¡de qué te ríes!?
Yui: ¡E-Es porque... !
Ayato: .. Al fin sonríes.
Yui: ¿Eh... ?
Ayato: Siempre has estado con el ceño fruncido desde que vinimos al Makai.
No sabía si volverías a sonreír como antes.
Yui: (Ayato-kun... estaba tratando de hacerme sonreír... )
-Después de un tiempo.-
Ayato: … De acuerdo, por ahora esto suena bien...
Yui: (Dos disfraces con máscaras para ambos... Me pregunto si esto será suficiente. )
(De algún modo, estuvimos tan concentrados que nos quedamos por mucho tiempo. )
*Ambos salen de la tienda.*
-Calle principal Gilmmer.-
Yui: (¡Ah... ! Salimos sin cambiarnos la ropa. Tenemos que hacerlo en algún lado... )
Mujer vampiro A: … Ah, oye... Esto es...
Hombre vampiro A: … No hay duda. ¡Ellos son los de antes... ! ¡Atrapémoslos! [Estos tipos son como la mugre, están en todos lados. ]
Ayato: … !
Yui: (¡Las personas de antes... ! ¡¡E-Esto es malo... !!)
Ayato: ¡Oye, chichinashi, corramos! ¡¡Ven!!
Yui: ¡S-Sí!
*Corren.*
-Vagones delanteros de la calle principal Gilmer.-
Hombre vampiro A: ¡Salieron corriendo!
Yui: (¡A este paso nos atraparán! )
Ayato: ¡Mierda! ¡Van a atraparnos con facilidad!
Mujer vampiro A: ¡Se fueron por aquí!
Ayato: ¡Oye, chichinashi! ¡Tomemos un atajo! ¡Por aquí!
Yui: ¿¡Eh!?
Vendedor de crepes: ¡Crepes! ¿Le gustaría una crepe~ ?
Ayato: ¡Sal de mi camino!
Vendedor de crepes: ¡Uwaah! ¡Mi puesto!
Yui: (¿¡Q-Qué ha... !? )
¡Ayato-kun! ¡No debiste hacer algo así... !
Ayato: ¡Vamos! ¿¡Quieres ser atrapada o qué!?
*Ayato la sujeta.*
Yui: ¡Kyaaa... !
(¡¡Incluso así, esto es un desastre!! )
-Calle Gilmmer, callejón Eisen.-
Ayato: Haa... Haa... Tch, es un callejón sin salida...
No tengo opción... Cuando esto se pone así, volaré hasta el cielo... ¡Uwah!
*Ayato recoge un papel.*
Ayato: ¿¡Qué carajo!? … ! Esto es...
Yui: … ! ¿Puede ser... ?
(¿El afiche de se busca... ? Pero... estos retratos... )
(… No se parecen en nada... a nosotros... )
Ayato: … Jajaja... ¡Jajajaja!
¿Qué pasa con estos malos dibujos?
Yui: … Pero si confiamos en esto, no seremos expuestos incluso sin disfraces...
Ayato: Bueno, tienes razón...
???: Finalmente los encuentro. Esta inútil persecución ha terminado.
Ayato: … ! ¡Tú eres... !
Yui: (El portero... )
Ayato: … ¡Chichinashi! ¡Agárrate de mí! ¡Voy a volar!
Yui: … Ayato-kun, detente...
Ayato: ¿Ah? ¿Qué?
Yui: Incluso si hacemos eso, se repetirá lo mismo una y otra vez...
Así que sigamos a ésta persona y expliquémosle adecuadamente nuestra situación.
Ayato: ¿Ah? ¿¡Qué dices!? ¿¡Por qué tenemos que ser atrapados sin hacer nada!?
Yui: … Como dije, primero necesitamos explicar por qué vinimos al Makai y solucionar este malentendido.
Ayato: … ¿¡Por qué... !?
Portero: Hmph, parece que de algún modo ésta mujer comprende la historia, a pesar de ser una asquerosa existencia.
Ayato: Tch... ¡Tú, bastardo, vuelve a decir eso y te patearé el trasero!
*Yui se acerca a Ayato.*
Yui: ¡Ayato-kun! ¡Está bien! ¡Solo tranquilízate!
Ayato: ¿¡Cómo puedo calmarme!? ¡Éste imbécil volvió a decir que eres asquerosa... !
Yui: ¡Por favor! ¡¡Escucha lo que quiero decir ahora... !!
Ayato: … ¡Mierda!
Yui: (Ayato-kun... lo siento... )
Portero: ¿Y bien? ¿Llegaron a un acuerdo? Bueno, para empezar, solo había una única respuesta.
Yui: Iremos contigo.
Portero: … Bien. Bueno entonces, vengan. El carruaje está en la calle principal.
Yui: … Está bien.
… Vamos, Ayato-kun.
Ayato: …
Así,
fuimos llevados
por el portero.
El destino del carruaje
era el castillo Bernstein.
El castillo donde el conde Walter,
la persona que estábamos buscando, vive...
Aparentemente, al portero
se le ordenó por el conde que nos buscara.
-Salón del trono del castillo Bernstein.-
Ayato: Tch, ¡debió habernos dicho esto desde el principio!
¡Pensar que ese portero era peón de Walter... !
???: Vaya vaya, por favor acepten mis disculpas.
Ayato: … ! ¡Walter!
Yui: (… ! ¡Esta persona es el conde Walter... !)
Conde Walter: Tú eres Ayato, el hijo del famoso KarlHeinz, ¿verdad?
Ayato: Hmph, sí. Aunque no me importa nada sobre mi viejo.
Conde Walter: Bueno, si eso dices. Y tú eres...
… Ya veo... Así que eres tú... Jeje...
Ayato: ¿Ah? ¿Qué pasa contigo... ? ¡Deja de observarla!
Conde Walter: Jeje, no hay necesidad de enojarse. Entonces, ahora que estamos aquí, ¿qué tal si charlamos? Por favor tomen asiento.
Ayato: Oye... El gran yo no va a hablar contigo.
Regrésale su corazón. ¡Ahora!
Yui: … ¡Ayato-kun... !
Ayato: ¡Enfréntalo! ¡Éste tipo robó tu corazón en primer lugar... !
Conde Walter: Ya veo... Ayato, parece que tienes un temperamento bastante violento.
Yo estaba probándolos.
Yui: ¿Probándonos... ?
Conde Walter: Es cierto. He estado observándolos todo el tiempo desde que les di esa tarjeta.
Cuando ustedes estaban juntos, cuando conocieron al portero...
Estaba probando si eras la persona más adecuada en el mundo para llevar este importante tesoro.
Ayato: ¿Importante... tesoro... ?
Yui: Te refieres a...
(¿El corazón que robó... ?)
Conde Walter: Es por eso que hice que el portero lo ocultara y esperé a ver qué harían primero.
Desafortunadamente, parece ninguno de ustedes es el indicado para poseer este tesoro.
Yui: ¡No puede ser... ! Ayato: ¿¡Eso qué significa!?
Conde Walter: Si observas tus acciones pasadas, ¿crees que son lo suficientemente convincentes?
Ayato: ¿¡Estás jodiéndome!? Primero que nada, ¿¡por qué deberíamos oír eso viniendo de un ladrón como tú!?
¡Deja de hacer esto y regresa el corazón!
Conde Walter: … Ahora, has perdido cinco puntos más...
Ayato: ¿Ah? ¿¡Qué es eso de los “puntos”... !?
Conde Walter: A pesar del hecho de que conocemos los nombres del otro, esta es la primera vez que nos reunimos. En suma, soy mucho más anciano que tú...
No obtendrás nada más que una deducción de puntos por tener una actitud tan irrespetuosa hacia alguien.
No creo que esto sea adecuado como alguien portador de este tesoro...
Ayato: ¿¡Ah!? ¡No tengo razón para decirte eso!
Yui: … ! ¡¡Ayato-kun!!
Conde Walter: Hmm... Ahora has perdido otros cinco puntos. Qué lástima.
Al final, no es posible que te regrese el tesoro. Deberías rendirte y volver a casa. ¡Portero! Lleva a los invitados...
Yui: ¡P-Por favor, espere! ¿Puede darnos una oportunidad? ¡S-Solo una más... !
Conde Walter: … ¿Oh?
Yui: ¡Se lo ruego! Sin ese corazón, yo...
¡Por favor... ! ¿¡Puede darnos solo una última oportunidad... !?
Conde Walter: Hmm...Ya veo...
A diferencia de Ayato, tú pareces tener algunas cualidades que valen la pena ser probadas.
Ayato: ¿¡Ah!? ¿¡Qué carajos!?
Conde Walter: … Bueno entonces, Yui-san. Por respeto a ti, te daré solo una oportunidad.
Yui: … ¿¡En serio!?
Conde Walter: Es cierto. Entonces... A partir de ahora, ve y limpia todas las malas cosas que has hecho cuando llegaste al Makai.
Yui: ¿Limpiar... las malas cosas... ?
Conde Walter: … Correcto. Mientras tanto, yo seguiré observando todas tus acciones desde aquí.
Y si estoy satisfecho con tu comportamiento, te regresaré el corazón.
Yui: … ¿¡En serio!? ¡Muchas gracias!
Conde Walter: Jeje. Es bueno ser honesta y respetuosa con los demás. Te daré un punto.
Ayato: ¿¡Ah!? ¿¡Chichinashi se convirtió en tu favorita solo por callarse y escuchar!? ¡Esto es desagradable!
Conde Walter: Oye, Ayato. Perderás puntos otra vez si sigues con esa actitud. ¿Qué tal si aprendes un poco de ella?
Ayato: … !
Conde Walter: Bueno entonces, pueden irse.
Yui: … P-Pero... ¿Qué debemos hacer específicamente?
Conde Walter: Jeje. Tienes que pensar en eso tú misma.
Lo que puedo decirte es que reflexiones adecuadamente sobre tus acciones pasadas y que las resuelvas... Eso es todo.
Bueno entonces, cuento contigo.
Yui: … Sí. Disculpe la intromisión... Ayato-kun, vamos.
Ayato: Ah, ¡oye! ¡Chichinashi! ¡¡Espera!!
Regresamos a la ciudad con
el carruaje preparado para nosotros.
El conde nos quitó de
la lista de buscados así que estoy agradecida de que
no tengamos que escondernos cuando nos movamos...
Sin embargo, el problema está por venir.
Primero, vamos a calmarnos y pensar.
Sobre el significado del problema
que el conde Walter nos impuso...
Tengo que recuperar mi corazón robado, así que—
Mientras persuado a Ayato-kun quien luce
tan insatisfecho como siempre, nos sentamos en
un hotel a lo largo de un canal.
-Hotel Mondstein(**), habitación de invitados.-
Yui: ¿Ayato-kun?
(… ¿Él no está aquí... ?)
(¿Puede ser que esté en el balcón? … Aún está enojado, eh... )
-Balcón.-
Ayato: …
Yui: … Ayato-kun, debes tener sed, ¿verdad? Traje algo de jugo.
Lo dejaré aquí, ¿está bien?
… Por cierto... Lo siento... Solo hice un montón de cosas por mi cuenta...
Ayato: Tch, en serio. ¿Qué demonios? Escuchar sin pensar lo que ése conde decía...
Para empezar, él es el que le robó la cosa más importante a otra persona, ¿no?
Y aún así, ¿¡por qué tenemos que pasar una prueba!? ¡No entiendo qué significa!
Yui: … Ya veo...
(Es entendible que Ayato-kun esté enojado... Pero... )
Oye, Ayato-kun, ¿puedes escuchar?
Ayato: ¿Qué?
Yui: Sabes, creo que lo que dices no está mal...
Vinimos al Makai y el portero habló mal de mí...
En ese entonces, Ayato-kun... Tú estabas enojado, ¿verdad? Eso me hizo muy feliz.
Ayato: … !
Yui: Pensé que me protegerías a cualquier costo. Pensé sobre creer en ti.
Incluso cuando fuimos perseguidos por extraños, tú estabas conmigo así que pensé que estaría bien.
Después de todo, quiero estar contigo a partir de ahora.
… Es por eso que tengo que recuperar mi corazón.
Así estaremos juntos por siempre...
Ayato: Chichinashi...
Yui: Realmente lamento haberte involucrado en esto.
Si no tienes ganas, estaré bien por mí misma.
Definitivamente recuperaré mi corazón cuando regrese, así que tú...
*Ayato se acerca.*
Ayato: ¿¡Me estás jodiendo!? ¡No hay forma en que puedas hacer eso!
… Le perteneces al gran yo. ¿Cuántas veces debo decirlo?
Porque es obvio. ¡Eres mía, así que tu corazón también es mío!
¡No dejaré que ése bastardo se interponga... !
*Ayato la besa.*
Yui: Kya... ¡Hmm... !
Ayato: *Beso.*
Oye, chichinashi. No vuelvas a decir que te irás sola... ¿Entiendes?
Yui: (Ayato-kun... )
… Sí, entiendo. No lo diré más.
Ayato: Hm... Bueno... Ahora vamos a dormir.
Porque a partir de mañana, tendremos que lidiar con esas tareas que el conde nos encargó y que no comprendo.
Yui: Sí, tienes razón... Ah, ¡Ayato-kun!
Ayato: *Bostezo.* … ¿Qué?
Yui: Bueno, sabes... Gracias... por todo...
Ayato: Heh... ¿Qué es todo eso de repente... ?
… Oye, pensé en ir a dormir pero cambié de opinión. Ven aquí.
Yui: ¿¡Eh!? E-Espera... ¿¡Ayato-kun!? ¡¡Kyaa!!
Ayato: … Oye, chichinashi. Ya que dijiste gracias, esta noche te haré compañía.
Yui: ¿Eh? ¿H-Hacerme compañía... ?
Ayato: … Déjame beber. Tengo sed.
No hablo del jugo, sino de tu sangre. ¡Jaja!
Yui: … !
Ayato: *Bebe.*
Haa... Después de todo, siento que el sabor es ligeramente diferente del de siempre... Pero bueno, está bien.
… Porque eso no cambia el hecho de que es tu sangre.
En resumen, toda esta sangre le pertenece al gran yo. *Bebe.* …
Yui: … Ayato... kun...
Ayato: … Oye, dame más... *Bebe.* …
Yui: (Incluso si dice cosas groseras, su abrazo siempre es gentil... )
(Siempre y cuando Ayato-kun esté aquí, estoy segura de que todo saldrá bien... )
Notas:
(*) -Uno de los tantos lugares que visitan es el callejón Eisen. Eisen, significa “hierro” en alemán, o también puede hacer referencia al pintor japonés Keisai Eisen (1791-1848), especializado en el estilo de grabado en madera ukiyo-e. Información sobre el pintor: https://es.wikipedia.org/wiki/Keisai_Eisen
(**) Sobre el hotel Mondstein. En alemán se le llama a la piedra de luna. Por si quieren ver cómo luce: https://www.google.com/search?q=mondstein&sxsrf=ACYBGNR9rpw3pNSPQBfOMYrOHyZcceylyg:1575575651221&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwjnzofYpJ_mAhXhIrkGHQdADMUQ_AUoAXoECAsQAw&biw=594&bih=562
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Si se me da bien escribir ¿por qué no te escribo más?
Si tu siempre fuiste la única persona que me dijo que valía para esto, ¿cómo es posible que te escriba tan poco?
¿Cómo puedo permitir que pase el tiempo sin expresar lo que siento de la mejor manera que sé?
Diciéndolo.
Y te parecerá una tontería, pero no se me ocurre nada.
Supongo que es tan grande lo que siento por ti que toda palabra se me queda corta.
Y es que el amor de una hija a su madre no tiene nada que ver con el amor que siente una madre por su hija. Y quizá me quieras más a mí de lo que yo te quiero a ti. Quizá. Pero tú eres el pilar que me sustenta. Eres cada una de las vigas que alzan La Alhambra. Eres todas las vigas que están detrás de una edificación tan bella como es La Alhambra. Eres lo que me ha dado vida. Y no solo una vez, si no todas y cada una de las veces que vuelvo a ti. Me das vida desde el día que me diste la vida. Nunca me siento tan yo misma como cuando te explico las cosas a ti. Nunca jamás tendré un confidente tan perfecto como lo eres tú. Nunca nadie sabrá darme la frase perfecta antecedente a una de mis bromas, y nunca nadie se reirá de ellas como te ríes tu.
que no hay nada más bello en este mundo que tener a alguien que se ría con tus bromas. Sobretodo cuando ni tu misma crees en que hacen gracia. No hay nada más bonito que saber que estás ahí, y que a pesar de que me lo haya currado con creces, no tiras la toalla conmigo.
Gracias por no dejar de confiar en mí.
Gracias por apartar las cosas que te enfadan de mi y enfocarte en quererme. Sé que no es fácil. Sé que no soy la hija que te mereces. Sé que estarías más tranquila si ya tuviese mi vida resuelta. Y eso quiero conseguir. Que no vuelvas a preocuparte por mí, y si es posible, que te pueda dar dinero cada mes porque me sobra. O comprarte una casita en la playa, O pagarte un maromo que te diese masajes todos los fines de semana.
Que cuando me enfado y reviento ante algo que no me parece justo, o cuando ayudo a un amigo que ha tocado fondo, siempre me acuerdo de ti, porque siempre me has dicho que lo más importante en esta vida es ser bueno, y tener buen corazón.
Me has dado la vida, sí. Pero también me has enseñado valores. También me dijiste que la amistad era lo que siempre me iba a acompañar y me enseñaste lo que era tener un colchón. Porque no querías que estuviese sola.
Me confesaste secretos sobre ti. Confiaste en mí. Me contaste sobre tu vida y yo te escuché. Porque aunque parezca increíble, tu vida lo es todo para mí. Cada aliento que das me hace sentir segura. Y tengo la seguridad de que nunca voy a estar sola porque te tengo a ti.
Haga lo que haga, cagada tras cagada.
Porque da la casualidad de que tu hija se equivoca muchas veces ¿sabes?
Me equivoco mucho. Todo el tiempo. Siempre tengo la sensación de no ser lo que te mereces, y de que no has tenido lo que realmente te mereces. Pero aunque intente mejorar y hacer las cosas bien, siento mucho ser así, y siento mucho haberte causado tanto problema.
Aunque, ¿qué es la vida sino una constante problemática?
Hace un tiempo me di cuenta de que era una persona tremendamente egoísta. Ahora sé que hay algo más importante que estar bien o estar mal. Y eres tú, Tú eres lo más importante para mi. Por ti ignoro la voz que me dice que todo está mal en mi cabeza. Le digo: “Nada está mal, porque estoy con ella, y mientras esté con ella nada puede salir mal”
Y de verdad, siento tanto haberme dejado llevar por mi dolor egoísta. Siento no haber pensado en ti todas las veces que me he hecho daño a mi misma. Siento no haberme dado cuenta del dolor que podría haberte causado,
Porque te mereces el cielo. Te mereces todas y cada una de las cosas buenas que tiene este mundo. Te mereces ver París desde lo alto de la torre Eiffel. O escuchar bulerías en alguna plaza de Sevilla. Te mereces que te canten, te escriban, te dediquen. Te mereces que te pinten cuadros o te construyan palacios. Te mereces que en tu nombre se hagan obras de arte.
Porque siempre serás mi musa más bella, más real, más autentica. Porque jamás escribiré sobre alguien tan intenso como escribo para ti. Porque tratándose de ti, no me sale ni escribir. Porque te quiero más que a nadie en el mundo. Porque te necesito conmigo en cada una de las decisiones que tome en esta vida. Porque es así. Porque siempre has estado para mí. Porque te mereces verme feliz. Porque mereces ser feliz tú también.
Gracias por la paciencia. Gracias por no tirar la toalla. Por acompañarme en cada una de mis audiciones de piano. No te perdías ni una. Por ver todos y cada uno de mis tediosos partidos de básquet. Por comprarme las faldas de patinaje, aunque luego lo acabase dejando. (Aún recuerdo esas faldas y me parecían preciosas). Por hacerme dictados en casa para que tu hija no tuviese ninguna falta de ortografía. Gracias por hacerme valorar y respetar la lengua que hablo, así como el catalán. Gracias por hacerme sentir que soy especial. Que soy diferente a el resto de la gente y que eso no tiene por qué ser malo. Gracias por hacerme ver que quien no me quiere de verdad no me merece. Gracias por hacerme tan fuerte. Porque estoy preparada para todo. Gracias por educarme en el “ves y pide tu la cuenta” porque ahora no me da vergüenza nada. Porque me podría enfrentar con el mismísimo papa de Roma y seguiría teniendo el descaro que tú me enseñaste a tener. Gracias por enseñarme que la vergüenza no da de comer, y que si uno quiere con la palabra puede llegar a donde se propone. Gracias por enseñarme que el arte existe y que escribir formaba parte de algo grande. Gracias por recomendarme todos y cada uno de los libros que me recomendaste. Gracias por dejarme leer lo que yo quisiese. Gracias por dejarme ser, por darme libertad y darme oportunidades para equivocarme. Por dejar que llorase mientras aprendia, y sobre todo, por estar conmigo cuando lloraba. Gracias por emocionarte con mis amoríos y mis desilusiones. Por sentir como yo sentía en ese momento. Fuese ilusión o fuese dolor, Siempre has estado conmigo en todas y cada una de mis aventuras. Gracias por todas esas veces que te comenté que me gustaba algún producto y al día siguiente lo teníamos en casa. Gracias por llevarme a comprar ropa y hacerme sentir una princesa. Y por comprarme todos esos vestidos que solo tienen sentido porque cuando me los pongo me recuerdan lo bella que estoy gracias a ti. (Lo bella que estoy porque me hiciste así, con todo ese cariño y todo ese amor que siempre formarán parte de mí). Gracias por todas las reuniones con mis profesores, por pagarme todas las extraescolares, los viajes de fin de curso y cada uno de mis intentos por encauzar mi camino.... Gracias por advertirme de lo malo de esta vida y por abrazarme cuando finalmente me lastimaron. Gracias por hacer de lo malo algo mucho menos malo. Casi invisible.
Y no me alcanzarán vidas para agradecerte que me quieras. Que me quieras tanto como me quieres. Gracias por quererme. Porque una niña solo necesita saber que su madre está ahí. Que siempre estará ahí.
Y quizá ahora estoy madurando, o estoy un poco más viejita, y hasta ahora no me había dado cuenta de cuán afortunada soy. Siempre he tenido a mi madre. Y quizá no todo el mundo pueda decir que tiene a su madre. Pero yo sí. Y soy el ser más afortunado del mundo por tenerte. Porque aunque me sienta pequeña siempre vuelvo a ti. Y cada vez que estoy contigo me siento grande. Me haces sentir la persona más importante del mundo, y ojalá te tenga cerca toda mi vida.
Es gracias a ti que yo puedo hacer bromas. Y que podemos reírnos porque soy una burra. Es gracias a tu empeño porque sea una señorita el que finalmente nunca lo sea, pero lo sustituya por ser tremendamente graciosa. Gracias a ti puedo quererme de alguna forma, aunque a veces me sea imposible. Pero es gracias a ti que puedo agarrarme a algo cuando creo que está todo perdido.
Porque nunca está todo perdido si te tengo a ti. Y nunca lo estará.
Eres lo que más me importa en la vida. Porque sé que solo te tengo a ti. Que me diste la vida sin esperar nada a cambio. Que siempre tienes palabras de apoyo y amor para aquellos que te importan. Que eres todo bondad y compartir y vamos a hacer un vermouth. Que te sienta fatal el alcohol y siempre acabas durmiendote. Que eres tierna y adorable como tú sola, y que nada me enternece más que verte dormir. (Te lo tienes más que ganado)
Y que eres, para mí y por encima de cualquier cosa, lo imprescindible, lo irremplazable, el material con el que todo está construído y que sin el todo se vendría abajo.
Si alguna vez dudas si lo hiciste bien yo te doy la respuesta:
te amo y siempre querré parecerme a ti.
Porque eres todo lo bueno que tiene el mundo. Y porque me has traído a este mundo. Y porque nada malo será suficiente para tumbarme si me das la fuerza que siempre me has dado. Solo con abrazarme. Solo con reirte. Solo con ser. Cerca de mí.
Te quiero muchísimo, mamá.
Te quiero muchísimo.
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Glee «The Anderson-Hummel bowl I»
Noviembre de 2034
-¿Donde va esto?... —pregunto Blaine enseñando el plato grande y redondo y que acababa de secar con la toalla de cocina. -No lo se… creo que nunca lo había visto… pero déjalo sobre el mueble de allí, Carole me dijo que no nos molestaremos en guardar, que ella después organizaba todo… —dijo Kurt mientras lavaba la vajilla usada en la cena, Blaine hacia su parte encargándose del secado. -Muy bien… —murmuro haciendo lo que su esposo le indicara, antes de seguir, miró por la puerta hacia la sala por si podía enterarse de algo del juego. -Si quieres ver el partido, ve… yo puedo hacer esto solo… —dijo Kurt notando aquello -¿Que?... ¡no!... no te dejare solo somos un equipo, además ambos llegamos tarde, ambos debemos asumir esta tarea que nos dieron como castigo… —agregó comenzando a secar una de las tantas copas de cristal. -Como quieras… oye… vaya reacción que provocamos con al noticia del bebé… —dijo Kurt mientras esperaba que el desagüe del fregadero hiciera su trabajo. -Lo se… ¿no te arrepientes de que les haya contado?... -Por supuesto que no… además… —dijo haciéndole una seña con uno de sus dedos para que se acercara— nunca nos imaginamos que dejaríamos a Rachel con las ganas de tener el protagonismo de la tarde— agregó en voz baja y sonriendo.
-Eso es verdad… ¿que habrá sido lo que quería contar? -No tengo idea… —agrego Kurt dando el agua nuevamente— tal vez algo con algún premio… aunque la temporada ya pasó, al menos la de los más importantes… —dijo encogiéndose de hombros. -Luego le preguntamos… igual debe estar que muere por contarnos. -Muy cierto… —añadió Blaine guardando dos piezas de cristalería— estas copas son muy bonitas… no recuerdo si son las de siempre… -Lo son… las he visto desde que tengo uso de razón… así es que trátalas con cariño… —sentencio apuntándole con los guantes llenos de jabón. -Lo haré… —dijo su esposo poniéndola en el gabinete con el mayor de los cuidados. -Oye… ¿puedo preguntar algo?... —agrego Kurt dejando su tarea por un instante, se dio media vuelta y se medio sentó en la orilla del fregadero. -Siempre… —contesto Blaine poniéndose la toalla de cocina en el hombro, Kurt sonrió un poco al pensar que aquello siempre le había parecido bien sexy— dime… —añadió acercándose. -¿Tienes ilusión con respecto a nuestro nuevo hijo? -¿Ilusión?.. —repitió aproximándose más. -Si… bueno… no se si sera la palabra adecuada, pero… ¿no crees que será maravilloso conocerlo?... digo… con nuestros otros dos hijos fue diferente… ya sabes predecible... con Henry sabíamos que iba a heredar mi gran nariz, y Lizzie tu cabello… pero con este bebé… es una incógnita… -Eso es verdad… tal vez salga con el pelo rizado y una gran nariz… —dijo Blaine encogiéndose de hombros. -Pues espero que no… —contestó Kurt riendo. -Y yo… —añadió su esposo de vuelta también riendo— pero no debes preocuparte… —dijo ciñendo su cuerpo al de él— lo más probable es que herede todas tus maravillosas características… tú eres el dominante aquí… —agregó acariciándole la cara.. -Tomare eso de manera literal Blaine Anderson-Hummel… —contesto Kurt mordiéndose el labio. -Hazlo… —insistió acercándose para darle un beso. -De ninguna manera… —añadió dándose media vuelta, dio el agua y continuó lavando lo ensuciado en la cena. -¿¡Que!? -Lo que escuchaste… no pienso aceptar nada de ti… aun no he olvidado que me dejaste con las ganas con el plan ese que se me ocurrió en la limusina… —insistió enjabonando todos los cuchillos de una sola vez. -Vaya… siento escuchar eso...—dijo de vuelta Blaine tomándolo desde atrás por las caderas— pero… Señor Hummel-Anderson… debe usted saber… que yo a mi vez… se exactamente que hacer… para que olvide y acepte todo lo que venga de mí…—agregó dándole pequeños besos mientras hablaba, uno en la mejilla, dos en el cuello, otro en la línea de la mandíbula y unos tres detrás de la oreja. -Con un demonio Blaine… —murmuró Kurt afirmándose del fregadero como si se rindiera sin remedio a la más placentera de las torturas. -¡Oigan!... ¡consigan un cuarto!... —exclamó Cooper entrando en la cocina. -¡«Coop»!... —exclamó Blaine apartándose de su esposo— siempre tan oportuno… —añadió tomando lo primero que alcanzó para seguir con lo del secado. -Siempre soy oportuno… pregúntale a la asistente del director de mi última película… a estrenarse en 2035… —agregó el hermano de Blaine guiñándole un ojo a su cuñado, Kurt sonrió de vuelta entre incómodo y coqueto— oigan… ¿saben lo que pensé?... -No, pero de seguro y nos lo dirás… ¿no es así? -Por supuesto que lo diré «Squirrel»… pensé… ¿que tal si al nuevo bebé le ponen un nombre extravagante?… -¿Extravagante?... —repitió Kurt mirando a su esposo de reojo. -Si… ¿que tal si lo homenajean haciendo un acrónimo de nosotros tres?... después de todo somos los más importantes... -«Coop»… ¿por que?... ¿que? —dijo Blaine rascándose la cabeza como si la sola existencia de su hermano mayor le provocará una comezón generalizada. -Un acrónimo… podrían llamarlo «Kurt-Coop-Blaine»… ¿entienden?... —dijo apuntando a cada quien mientras decía sus nombres, luego movió las cejas y se quedo en espera de una respuesta. -Vaya… —dijo Kurt sin saber qué más decir. -¡Genial!, ¿no cuñadito? -¡Uf!, lo máximo en la vida… —se adelantó en decir Blaine gesticulando de manera exagerada— ¿necesitas algo «Coop»?... —agregó cambiando de tema -¡Obvio que si!… Carole dijo que habría cerveza…—respondió abriendo el refrigerador— ¡y la hay!… —exclamó al tiempo que sacaba una caja con seis botellas— oigan… estamos planeando algo así es que… terminen de una vez… —dijo por último Cooper retirándose en reversa, acto seguido se dio media vuelta girando en uno de sus pies para encontrarse cara cara con Carole que venía entrando a la cocina— ¡linda!... —exclamó exagerando su sorpresa— casi chocamos… —añadió dándole un abrazo— ten cuidado para la próxima… —dijo señalándola, Carole se limitó a soltar pequeñas risas como de adolescente para luego arreglarse un poco el cabello, Blaine blanqueo los ojos y tomó casi media docena de cubiertos en una sola mano. -¿Aún no terminan?... —preguntó echándose un poco de aire con las manos. -Aun no… pero estamos pronto a… no te preocupes… —respondió Blaine apuntando lo poco que quedaba por lavar. -Que bueno… le decía a Burt que me siento un poco mal por dejarlos hacer esto, después de todo cuando ustedes nos invitan nosotros no hacemos nada… —agregó guardando las cosas que ni Blaine ni Kurt sabían donde iban. -No te preocupes por eso, además, bien lo merecemos por llegar tan tarde… ¿verdad Kurt? -Habla por ti… —se apresuró en decir su esposo fregando los últimos utensilios, Carole rió y comenzó a abrir y cerrar puertas como en búsqueda de algo— bien… tu sigues Blaine Anderson-Hummel— agregó terminando su parte de la tarea, se quitó los guantes de goma y los dejo estilando en el tubo del grifo, luego se quedó mirando a su madrastra que comenzaba a abrir y cerrar cajones, sin saber muy bien si debía ofrecerle ayuda o que —¿todo bien Carole?... -... -¿Carole?... —repitió Blaine acercándose. -¿Como?... —dijo esta alzando la cabeza -Kurt te pregunto si todo esta bien… ¿necesitas ayuda?... ¿quieres que guardemos las cosas nosotros?... —añadió Blaine hablándole como si estuviera en frente a una niña de cuatro años o menos. -No… no cariño… estoy buscando uno de los termos para agua caliente… -¿Agua caliente?... ¿para que?... ¿es para lo que dijo Cooper?... —pregunto Kurt mirándola con cara de duda extrema. -¿Cooper les dijo?... —agregó Carole siguiendo con su búsqueda. -No mucho… solo nos advirtió que nos apresuramos porque estaban organizando algo, ¿tú… sabes que es? —dijo Blaine mientras ponía la toalla de cocina en la barra de la puerta del horno para luego quedarse de pie junto a su esposo.. -Lo se…—dijo encontrando el termo por fin— lo que pasa es que Burt comentó que la plaza que queda como tres cuadras de aquí la habían remodelado, que ahora parecía un campo de «football», Cooper agregó que a él le encantaba el «football» y que había perdido el protagónico en «The Blind Side» por un tecnicismo… —Blaine arrugó el entrecejo pensando en que tecnicismo sería ese— pues bien… una cosa llevó a la otra y ahora todos quieren ir hasta allá a jugar un partido… lo llamaron el «Anderson-Hummel bowl uno» o algo así… -¿¡Como!?... —pregunto Kurt como si escuchara lo increíble. -¿Un partido?... ¿en serio?... —añadió Blaine entusiasmándose de inmediato, Kurt lo miró más impactado que antes. -Eso cariño… y como iremos todos pues pensé en llevar algún refrigerio, aunque no se si solo bastará con café.. —dijo mientras tomaba la jarra de la cafetera y la llenaba de agua. -Disculpa… ¿dijiste que todos… iremos a jugar «football»? —pregunto de vuelta Kurt poniendo acento en el «todos» y en el «iremos», Blaine rió por lo bajo mientras miraba hacia otro lado. -Es lo que dijo Burt cariño y todos se entusiasmaron de inmediato… creo que definitivamente debería llevar algo más que café… ¿no creen? —pregunto como nerviosa. -Solo si lo deseas, aunque te advierto que si hay «football» de por medio, dudo que haya tiempo para comer… —opino Blaine mirándola a ella y a su esposo de manera alternada. -Además acabamos de cenar Carole… no creo y sea necesario… —agrego Kurt de mala gana, todo porque no terminaba de convencerse el porque aquel plan exaltaba los ánimos de todos, incluido su esposo. -También lo creo, pero igual llevare café y estas paletas… —dijo mostrando una bandeja plástica llena de «cake pop» de diferentes colores— pensé en darlas como recuerdo de la cena pero mejor las comemos… ¿verdad? -Mejor… -Bien… voy a buscar un bolso donde poner todo...—termino por decir Carole gesticulando con sus manos como si definiera prioridades en una agenda extra ocupada, miró a su alrededor, contó mentalmente algo y se retiró por donde había llegado, Kurt se quedó con los ojos bien abiertos mirando a su esposo como si no terminara de creer el plan que su familia acababa de organizar.
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Inestabilidad Nocturna
Cuando era niña, de unos 8 años aproximadamente, he visto cosas de miedo, desde los videos de Youtube sobre “Duendes Reales” hasta las típicas películas de Hollywood que dicen “basada en hechos reales”, yo creo que con el fin de dar más miedo.
Jamás creí que de verdad existieran todas las criaturas, físicas o no, que aparecen ahí, hasta que…
Mi casa, ubicada en Lo Espejo, originalmente, tiene 3 dormitorios: en el primer duerme mi abuela con mi tío, cada uno en su cama de plaza y media; en la segunda están mis padres en una cama de dos plazas y yo en una cama de plaza y media; la última, al lado de la cocina, mi prima con su mamá en una cama de dos plazas. Cada habitación tiene un clóset, un velador y un televisor. También hay un jardín con un gran níspero de un costado con diversos cactus, una gruta con la Virgen María y, opuesta a ella, una banca de madera. Además de un patio trasero.
A finales de 2018 esto cambió, por fin iba a tener una pieza para mí sola, mis reglas, mi desorden, mi privacidad. Mi tía con mi prima se construyeron 2 piezas al final de la casa, ocupando yo la que era su pieza.
Una semana antes de navidad me cambié, tenía mi cama de plaza y media, un espejo, el televisor, un velador y el tragaluz sobre mi cama, nada más. Claro, no tenía donde dejar mi ropa, pero mi prioridad solo era tener un espacio propio.
Lo extraño de esto, es que comencé a dormir mal, pesadilla tras pesadilla. Todo empezó un mes antes de cambiar de habitación, alrededor de las 3 am desperté, tuve la sensación de que me tomaron de los pies y me colgaban de cabeza, a lo cual solo pensé: “Si me toco el pelo sabré si estoy en mi cama o colgando”. Sin embargo, cuando intenté moverme no podía, intenté llamar a mi madre y no hubo caso. Me tranquilicé y solo quise abrir los ojos para ver la luz atravesando el tragaluz y recién ahí, supe que estaba en mi cuarto y volví a dormir. En realidad, no me asusté, solo me preocupé. Lo que no sabía es que solo era un simple presagio del calvario que se aproximaba.
Debido a las movilizaciones en la Universidad tenía exámenes alrededor de navidad y año nuevo, entonces el dormir mal lo atribuí al estrés. El problema es que ni aprobando los ramos pude descansar, cada vez las pesadillas se volvían más frecuentes y más aterradoras. Solo despertaba, encendía la luz y volvía a dormir.
Lo ignoré, hasta que se cayó el espejo que tenía en la pieza sin tener contacto con él, me pareció extraño. Barrí los trozos, lo boté y hablé con mi familia:
- Mamá, papá, mami… Hay algo en mi pieza.
- ¿Cómo algo en tu pieza? – dice mi mamá un poco intrigada, sin entenderme.
- Hay algo, no sé qué es, pero algo no me quiere ahí, no me quieren en la pieza. No puedo dormir tranquila, tengo pesadillas, no puedo dormir con la luz apagada y ahora se me cae el espejo. No sé, hay algo.
- ¡Ay, Tania! Es tu mente, sé fuerte – dice mi padre con todo escéptico y sin mirarme.
Mi abuela solo observó.
Pasaron los días y la situación empeoraba cada día más, me sentía sola, nadie me creía. ¿Qué podía hacer? ¿Estaré loca? ¿Solo lo imagino? Simplemente, no tenía explicación.
Volvió la parálisis del sueño, de las cuales destaco 3:
La primera fue de las más simples, despertaba a mitad de la noche, mi cuerpo no se movía, solo observaba la pared de mi habitación en la cual divisé una sombra acercándose a mí, parecía una araña, cuando ya llegaba a mi rostro pude moverme. Prendí la luz rápidamente, pero no había nada. Me di vuelta y seguí durmiendo.
La segunda fue un tanto más amenazante, porque mi vista estaba dirigida hacia los pies de mi cama y vi una sombra con forma humana, solo cerré los ojos para creer que era un mal sueño, no me atreví a moverme. Me quede ahí. Me dormí.
La tercera fue más extraña, porque no fue inmovilidad completa, sino que sentí como si cargara una tonelada sobre el cuerpo, el movimiento era dificultoso y lento. Solo quería encender la luz, no vi nada, no escuché nada, solo quería dormir con la luz encendida. Cada vez que lograba encender la luz (sí, fue más de una vez) ocurría algo que no era normal, como que la luz era roja, me asustaba, volvía a despertar. Luego la luz era intermitente, me asustaba, volvía despertar. Escuchaba ruido en la cocina, gritaba para que entraran a verme, sonaba la manilla, no es alguien de mi familia, me asustaba, volvía a despertar. Encendía el televisor, no quise mirar, me asustaba, despertaba. ¡La luz es blanca! ¡Es mi pieza! ¡Desperté! Ahora sí pude dormir.
Se mezclaron mis 3 miedos, la fobia a las arañas, el miedo irracional de despertar y ver a alguien frente a mí, dormir y no despertar.
Otra vez le digo a mi familia y lo ignoran, así que decido hablar con mi mejor amiga, Génesis, quien vive en la casa de al frente.
- Weona, me pasó algo terrible.
- ¿Qué pasó?
- No puedo dormir y me dio parálisis del sueño.
- ¿Qué es esa wea?
- Cuando tu mente despierta y tu cuerpo no, es brígido, el otro día…
Comencé a contarle lo que pasó, ella me escuchaba atenta y su cara reflejaba miedo. Esa noche decidió quedarse conmigo para que pudiera dormir. Pero no fue así, otra pesadilla atacó mi sueño. La verdad no recuerdo como fue, pero cuando desperté me senté en la cama de golpe, encendí la luz y ella preocupada me pregunta qué me pasó, a lo que respondo “nada, solo necesito prender la luz”, me doy vuelta y sigo durmiendo. Ella jamás olvidó eso.
Pasado unos días comienza la construcción de mi clóset, alrededor del 20 de enero. El primer día no lo alcanzaron a terminar, así que había tablas sobrepuestas. Ese día estaba sola, iba a salir, pero me retrasé. ¿Por qué? Otro ataque como el del espejo. Sin tocar el mueble, se cae una tabla, en la cual había una caja. Esta se gira, con la tapa en el piso, solo se salió un objeto de ella, un plato, todo lo demás estaba adentro. El plato se rompe y uno de los trozos se incrusta en un dedo del pie derecho. Aún tengo la cicatriz.
“¡Esta es mi pieza, no me voy a ir, no sé quién eres ni qué quieres, pero esta es mi pieza ahora, me la merezco, no me sacarás de aquí, no me iré!” Comencé a gritar súper enojada, sea lo que sea que no me quiera ahí no me ganará. Se terminó. Pude dormir.
Terminaron las vacaciones, comenzaron las clases, empecé a pololear con Bryan, mi vida iba muy tranquila. Aprobé todos los ramos. Pasé a cuarto semestre. Todo iba muy bien.
De repente, a fines de septiembre, sentí mucha pena de la nada, rabia, enojo, peleas con mi pololo y mi familia por cosas tontas, lloraba por todo. ¿Qué pasa? No lo sé.
Volvieron las pesadillas y mis fantasmas del pasado, los recuerdos dolorosos y las lágrimas. No podía dormir con la luz apagada o tenía una pesadilla. Antes del amanecer era un calvario. Me encerré, no salía de la pieza y no hablaba con mi familia, con mi pololo solo eran peleas. Las pesadillas aumentaron.
Esto fue distinto, ahora me pasaba en cualquier lugar donde dormía, ni con mi pololo descansaba, despertaba en medio de la noche gritando, llorando, moviéndome desesperadamente, rogándole que encendiera la luz.
Ahora las pesadillas se convirtieron en un miedo constante y generó una nube negra a mi alrededor, me volví impulsiva, enojona y con cambios de humor repentinos.
Hubo 2 días a comienzo de noviembre, en los cuales no comí nada más que la cena. Me preocupé, puesto que nunca he tenido problemas alimenticios. Al finalizar el segundo día discutí con mis padres muy fuerte, gritando cosas que ahora me arrepiento, me fui a mi pieza, cerré mis redes sociales, apagué la luz y solo lloré. Más tarde entra mi madre y le conté todo lo que me molestaba, pero aún así no encontré la razón de tal amargura.
Al día siguiente le pregunté si podía ir a algún psicólogo, porque estaba dañando a los demás y a mí misma.
Coordinó con la esposa de su ex jefe, Paula Bernal. Ella se ofreció a hacerme terapia gratis en su casa.
El día de la primera sesión fui con mi madre a su departamento, queda cerca del Estadio Nacional, es más bien pequeño, con 2 habitaciones, un baño, una cocina y el living comedor. Al llegar estaba ella con sus 3 hijos pequeños, nos sirvió bebida y nos sentamos en el sillón a conversar. En un principio solo me dediqué a observar, vi varios libros gruesos sobre psicología y juegos de mesa a un costado de la mesa del comedor, en el living había varios juegos de los niños, sobre todo dinosaurios, a ellos les encanta. Pasado unos 20 minutos llega su esposo Eduardo y va a una plaza con sus hijos y mi mamá. Comienza la sesión.
Yo siempre he sido un libro abierto con mis hechos, más no con mis sentimientos. Nos sentamos en el living y ella trata de darme confianza, mantiene su distancia y me dice que la imagine más como una amiga que una psicóloga. No puedo empezar a hablar, no sé qué decir. Muevo las manos y comienzo a llorar sin saber, le cuento lo que pienso sobre mi familia, mi pololo, la universidad, mis padres, mis metas a futuro… ella solo escucha, pero no ve nada malo en específico, solo yo contra el mundo. Le cuento de mi crisis sentimental del 2017 acompañada con el estrés de la PSU, pero ese ya fue un caso cerrado.
Ella en todo momento me escuchó atenta, mirando mis ojos y anotando lo importante, también me preguntaba qué sentía y que pensaba sobre alguna situación. Todo iba tranquilo, hasta que le digo que no he podido dormir. En ese momento ella me observa extrañada y me pregunta a qué me refiero. Le explico:
- Desde septiembre – octubre que no puedo dormir, no sé por qué. No duermo bien de noche y eso me pasa hasta en la casa de mi pololo.
- ¿Pero qué sientes que no puedes dormir?
- Tengo pesadillas, tengo miedo, no descanso, incluso ahora mismo tengo mucho sueño.
- ¿Por qué viniste a mí?
Esa pregunta llamó mi atención, jamás vi una razón más allá de que mi mamá la conocía y ella accedió a ayudarme, entonces no entendía su pregunta.
- ¿Cómo?
- Eso, ¿Por qué decidiste venir conmigo?
- Mi mamá la conocía y pensé que sería una buena psicóloga.
- Es que yo soy muy perceptiva, siento cosas que los demás no… - se produjo un silencio incómodo – Hay algo.
- ¿Cómo hay algo?
- Hay algo en tu pieza, es más, ese algo está contigo, te acompaña a todas partes, está aquí.
En ese momento miré a todas partes y un sudor frío recorrió mi cuerpo. No entendía lo que pasaba, jamás atribuí mi mal estado de ánimo al no dormir y que ese ser que yo pensé que me molestaba había vuelto. Lo peor de todo esto es que una persona que jamás había visto en mi vida pensara lo mismo que yo. Hay algo conmigo. Me quiere dañar. Me está dañando. Está ganando.
- Está aquí, al lado mío, nombraste tu pieza y me apret�� el brazo. Sé que viene contigo, porque esta tarde hice limpieza en la casa, justo antes de que llegaras – asegura con firmeza mientras asiente con su cabeza y se toma el brazo.
En ese momento le conté de mis experiencias anteriores, mis parálisis del sueño, lo del espejo, lo de la caja y el plato, quien durmió antes aquí.
Me fui más tranquila a mi casa, por fin alguien me cree, por fin alguien está conmigo en esto y me ayudará a sacar este ente de aquí.
Llegué a mi casa, cené y me fui a acostar. Me dormí alrededor de las 11:40 pm con la luz encendida como todas las noches. Pasan 2 horas y otra pesadilla me ataca. Estaba en la cocina y veo a mi abuela, debo arrancar, no puedo moverme, grito y nadie me escucha, sé que es un sueño, sé que debo despertar o jamás lo haré, despierto. Fue de las más desesperantes, estaba atrapada en ese universo. Me senté en la cama y prendí la tele para tener ruido de fondo, pongo el temporizador para que se apague sola y sigo durmiendo. Pasan 10 minutos, el televisor ya se había apagado, otra vez la misma pesadilla, pero duró más tiempo. No me atreví a gritar o salir de la pieza. Llamé a mi mamá por celular para que se acostara conmigo, lo único que le dije fue “Ven, por favor”. La recibo con lágrimas en los ojos, le conté los sueños y durmió conmigo hasta el amanecer.
Sentí que fue una advertencia del ser que habita conmigo, “estoy aquí, yo te controlo, eres mía”.
La semana siguiente le cuento a mi psicóloga y me dice que es urgente hacer una limpieza en mi habitación y a mí, la falta de sueño trastorna a las personas y eso es lo que me tiene tan inestable.
Ese mismo día le cuento un sueño extraño que tuve esa noche. Estaba en mi pieza durmiendo con mi pololo, me levanto, me miro al espejo y comienzo a peinarme; hay algo en mi cabeza, hay algo redondo enganchado en mí. Es una garrapata hembra. Le grito a mi pololo, pero le da miedo reventarla. Llamo a mi mamá, pero le da asco. Le digo a mi papá y él la saca, además encuentra dos machos. La psicóloga dice que significa que ese ser está en mi cabeza diciéndome cosas. Es verdad. Me quiero morir.
Mi pensamiento sobre el suicidio es que es de cobardes, el último recurso para escapar, jamás lo vi como una opción, jamás me atrevería a hacerlo. ¿Por qué pensaba esto si va en contra de mis ideales? ¿Por qué ahora?
Algo que no saben es que este dormitorio antes fue ocupado por un tío, el cual no le tengo nada de cariño. Llegó a la casa cuando yo tenía 5 años (2005), lo vi 2 meses, solo recuerdo problemas, se murió.
Mi mamá le cuenta a Paula sobre él y me entero que su muerte fue un suicidio y, además, uno de sus intentos fue colgarse de la viga que atraviesa mi tragaluz, sí, el que está sobre mi cama. Cuando quedo a solas con Paula me dice que quien me está molestando es el mismo que atormentaba a mi tío, con la diferencia de que él fue más débil y cayó en su juego.
Decidí hablar con mi familia para saber si tenían algún dato que pudiera ayudarme, pero rechacé a la iglesia, puesto que no creo en sus autoridades o representantes. Ellos se notaban preocupados y asustados, ya que también creen en las entidades y las malas vibras. La conversación concluyó en que mi madre contactaría a una conocida.
En diciembre contactamos con la hermana de una compañera de trabajo de mi mamá, quien realiza Reiki (limpieza energética). Ella en un inicio me hace una sesión en una camilla en mi pieza y me dice que tengo la energía muy bajita y pide hablar con mi mamá. La noto preocupada y no me dice nada más. Habla con mi mamá en mi pieza y alcanzo a escuchar que hay algo conmigo, un arconte, ser no físico que se alimenta de la energía de las personas. Me dijo que pusiera un vaso con agua hasta la mitad, tapara el espejo y la tele y colocara símbolos de protección en mi pieza.
Le cuento a mi psicóloga y me dice que ya sabía que era eso, que lo sentía.
Dormí bien por 3 días, sin pesadillas. Sin embargo, todos los días despertaba temprano, entre las 3 y 5 am. Es una mala señal, lo sé, pero me quise conformar con eso.
Una semana después de mi limpieza, viene a limpiar la pieza. Prende velas, un plato con cosas que no sé qué son y toca un especie de plato para generar vibraciones. Luego habla conmigo y mi mamá y dice que es mi tío buscando perdón, no le creí. Ella asegura que mi tío Pancho buscaba mi perdón para irse a la luz, a lo que yo respondo “No me puede obligar a amar a alguien y no es justo que me generara intranquilidad en vida y ahora en muerte”. No la escucho más y me voy. Sentí que se sostuvo a la información que tenía, que no le importaba, que solo quería dinero. Abandoné la sesión y mi terapia psicológica había finalizado.
¿Qué hice? Me endurecí, no podía dejar que eso me siguiera molestando. No coloqué más el vaso, solo tapaba el espejo para no ver el reflejo y, por recomendaciones de mi amigo Arián, dejé los símbolos. Comencé a dormir mejor, las pesadillas ya no eran tormentosas. Quizás porque mi alma ya estaba más tranquila y fuerte o porque fui a la capilla de la Universidad Católica Campus San Joaquín y pedí que pudiera dormir tranquila, no lo sé.
Hace 2 semanas (21 de enero de 2020) empezó a salir un olor extraño de la puerta del medio de mi closet. No encontraba el origen de este. Era como vomito de guagua o leche cortada. Cada vez que abría la puerta mi pieza quedaba impregnada a ese aroma. A los 2 días le pregunto a mi abuela y me muestra una toalla de mano rosada que manejo para secarme, en ella estaba el mal olor, solo la dejo en la ropa sucia.
El día viernes viajé a la playa con mi mamá y le encargo a mi papá lavar la toalla que se me había olvidado sacar.
Ese día en la noche lo llamo y le pregunto si la vio. Él me dice con un tono preocupado que la toalla no tenía un olor usual, ya que a lo más sería olor a humedad, se asustó, le hizo una cruz y la botó.
¡Santo remedio! Todo el mal que estaba conmigo se materializó en la toalla y se fue.
Desde ese día que duermo tranquila, descanso, no despierto en ningún momento durante la noche. Sigo con la luz prendida cuando estoy sola, pero con mi pololo puedo dormir con la luz apagada. Ya no tengo miedo. Soy libre. Por fin.
¿Soy libre de verdad? No lo sé, pero prefiero creer eso.
Esta historia es real, aunque pareciera que no. La ciencia lo llama crisis de pánico, yo lo llamo ataque sobrenatural e inexplicable. No mentiré, mientras escribía esto mi miedo volvió y sentí ruidos, solo los ignoré y dejé que mi alma renovada manejara la situación. Sin embargo, quedaron consecuencias, si bien me volví más fuerte, estoy hecha pedazos. Sigo sensible y lloro por todo. Sé que día a día esos pedazos se pegarán.
Creo fielmente que sí hubo algo conmigo, o hay…
- TMGM
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-Fue Alice quien me sugirió que hablase con Anna Lee. Mi mejor amiga, empujándome a hacer esas cosas que tanto me gusta: conocer a gente nueva. Anna Lee no es nueva, pero es una chica a la que conozco desde siempre y desde nunca. Y, en cambio, siento que debería llevar en mi vida más tiempo del que lleva. He leído cosas sobre su abuela en las cartas de Benjamin, esas que me dosifico para que no se me acaben nunca porque me gusta poder oír las voces del pasado, en mi presente, descubrir poco a poco quién era antes de ser quien soy. Alice me dijo que le pidiera algo a Anna y yo, que sé todo o casi todo de este pueblo, espero a verle salir del trabajo, en la acera de enfrente a la jabonería. Tiene su bicicleta aparcada cerca y yo también. Así que, cuando le veo salir, me subo aprisa en la mía y cruzo la carretera a la acera de enfrente. Hay algo más que me gusta de Anna. Y es algo que, seguramente, no sabe. Por eso, sonrío al nombrarle a modo de saludo.- Anna Lee... -Freno mi bicicleta y me bajo de esta tendiéndole mi mano.-
-Nada más salir del Rincón de Orion, ese lugar que siempre me llevo a casa en el agradable olor de mis manos y ropa, me dirijo a mi bicicleta. Mi padre dice que se me ha quedado pequeña porque hace mucho tiempo que la tengo. Pero no tiene razón. Esa bicicleta ha crecido conmigo, y aunque siga siendo la de una niña, yo voy perfectamente en ella. ¿Quién dice que una mujer no puede ser una niña cuando quiera? Todos tenemos derecho a crecer al ritmo que nos apetezca, sin que los años nos pesen aunque pasen, y más en mi caso, que vivo en una plaza en la que no pasa el tiempo. Es al oír tu voz, cuando me giro, sonriendo por la forma en que dices mi nombre, por eso sonrío, y cogiendo la mano que me tiendes, digo:- Leven Banner.
-Te giras y puedo ver tu bonita cara. Una chica de ojos oscuros, como yo, y muy guapa. Otra más como Ines y mi madre. Al final va a ser verdad eso que dice Ines de que el coloro de los ojos no importa tanto. Siempre me has parecido muy bonita. Coges mi mano dándome mi nombre. Es curioso, porque las dos nos hemos llamado por el nombre de la otra como si el tuyo fuera el mío y, el mío, el tuyo.- Un placer saludarte así. -Digo sacudiendo varias veces mi mano con la tuya antes de soltarla. Señalo tu bicicleta que, curiosamente, es más pequeña que la mía.- ¿Vuelves a casa en bici?
Lo mismo digo... -sonrío y te guiño un ojo. No nos hemos presentado, porque no hacía falta. Tú me has llamado por mi nombre y yo por el tuyo. Llevamos mucho tiempo viéndonos por estas calles, sabiendo de nuestros nombres, y en cambio hemos hecho poco más que saludarnos. Asiento con la cabeza.- Siempre voy en bici a todas partes -digo, mirando tu bicicleta.- Como tú -digo, agachándome para quitarle el candado a la rueda, y te miro.- A veces voy a dar una vuelta, o al estanque del bosque... A ver si encuentro algún pájaro... -te cuento.-
-Sonrío porque me dices que siempre vas en bici a todas partes, como yo, algo que no tardas en decirme haciéndome reír.- Se nos olvida que tenemos piernas. -Bromeo riendo. Me dices que a veces vas a dar una vuelta o al estanque del bosque, a mi Aliven. Es por eso que me acuerdo del pájaro del que me habló mi mejor amiga y de lo que hacía Anastasia Barbrow.- Así coges alguno y lo pones en tu cuaderno de ornitología... -Digo porque no necesito preguntarlo: estoy segura de que tú también tienes un cuaderno así al igual que tu abuela.
Bueno... Se nos olvida que sabemos caminar, porque para pedalear, las necesitamos -digo sonriendo, y tras quitar el candado, me subo a la bicicleta con una sonrisa en mis labios. Las sonrisas casi nunca me abandonan. Soy una persona alegre aunque algo tímida que nunca se olvida de ponerse por las mañanas lo que mejor le queda a todo el mundo: una sonrisa. Cuando me dices eso del cuaderno, sonrío, aunque me sorprende que lo sepas.- Sí, tengo un cuaderno... Me gusta ponerles nombres y cuidar de ellos -te digo.- ¿Cómo lo has sabido? -te pregunto, sobre la bicicleta, pero con ambos pies en el suelo.-
-Río y me subo a mi bicicleta de nuevo cuando tú te subes a la tuya.- ¿No te ha pasado a veces que tienes en los pies la sensación de que todavía sigues pedaleando cuando ya estás andando? -Pregunto porque es una sensación curiosa que me ha pasado muchas veces. Sobre todo, cuando acababa de aprender a montar y me pasaba horas y horas en bicicleta por la ciudad. Me parece ver que te sorprende que sepa que tienes un cuaderno. No sé si será secreto pero, a mí, me sorprendería que alguien supiera que tengo un Historial Vital que nadie sabe que existe. Y me hace gracia tu pregunta porque es la típica que se puede responder de una forma que, para ti, es genial:- Me lo ha dicho un pajarito...
—Leven y Anna
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Hacedores de Mundos
El Gaucho, el Doctor y el Ángel:
Por las calles bulliciosas del mercado, Pablo buscaba al Profesor.
Las columnas de mármol verde proyectaban las dobles sombras de los soles naranja de Allatu; los atardeceres siempre eran más largos en los sistemas binarios. Las palmeras, claramente importadas de la Tierra -Pablo desconocía la especie, pero si tuviera más tiempo, y una lupa, la podría haber identificado- se mecían con la brisa del mar turquesa que traía un leve aroma a óxido; los mares de Allatu tenían aún mucho hierro disuelto, signo de un planeta joven, recién terraformado. Pablo tomaba notas mentales; el Instituto que hizo este trabajo era bastante bueno. Y no era fácil terraformar planetas alrededor de estrellas binarias. Ser hacedor de mundos no era para cualquiera.
El mercado, mientras tanto, tenía los aromas de la fruta y el perfume, de los quesos especiados y las carnes curadas, el barullo de una ciudad mercantil. Botellas de cristal retorcidas en formas imposibles, cajas que brillaban con luces esotéricas, pilas de especias extrañas, y todas esas chucherías que atraían a los mercantes espaciales, o a las mentes curiosas.
En el atardecer, naves mercantes flotaban plácidamente, en un mar de nada, esperando a la siguiente carga. Quién sabe desde donde habrán venido a este pequeño espaciopuerto de frontera. Claramente vinieron de muchos mundos, porque personas de todas las especies de la galaxia recorrían las calles. Pasando por la pareja de barbudos Huantaris y una alta Olikar buscando alfombras para su nido, Pablo se ajustó el sombrero a medida que el segundo sol desaparecía en el mar. Pensó que el Profesor Uxar, siendo un Axituano, sería más fácil de encontrar. Después de todo, es difícil perder a un ser reptiliano de 2 metros con escamas esmeraldas envuelto en túnicas (¡no era de extrañar que los primeros astronautas humanos los confundieron con dragones!).
Pero cuando Uxar se quería quedar a estudiar algo que le interesaba, podía parecer una estatua excesivamente decorada de algún templo perdido, quieta, soñadora, pensando en mundos vivientes, eternas historias naturales, formaciones planetarias, y composiciones atmosféricas.
O capaz en comida. Uno nunca sabe.
Pero ahora que Pablo había encontrado las partes que necesitaba, ya se quería ir. No le agradaba mucho el ir-y-venir de los espaciopuertos. Y tampoco que el Profesor se distraiga con todas las baratijas de los mercaderes.
El joven lo encontró, finalmente. parado en el medio de la plaza, admirando una botella de cristal rosado, exquisitamente decorada. De su larga túnica cubriendo su encorvado cuerpo, pendían, casi cayendo, infodiscos, aparatos electrónicos anticuados, y una biblioteca entera de libros antiguos.
Era una maravilla que no le hayan robado nada aún.
-¡Profe! -Le dijo Pablo. Ya habían pasado varios años desde que Pablo Octavio Marchi había adquirido el título de Terraformador, y el viejo Uxar ya no recordaba cuantos doctorados tenía, pero el alumno nunca perdió la costumbre de decirle “Profe”.
-¡Ah, Pablo! ¡Ven, mira esto!
Antes de que Pablo pudiera decir nada, le dio la botella. Notó que solo parecía pequeña en las grandes manos de Uxar; parecía tener al menos medio litro. Tenía un profundo aroma a rosas.
-Se la compré a una encantadora jovencita humana, ¡era parecida a ti!- probablemente no, pensó Pablo, pero para Uxar todos los humanos eran parecidos… -...me dijo que es Agua de Rosas. Un perfume, ¡pero se puede usar como aromatizante para los postres, también! Maravilloso... Una especialidad de… Persia, me dijo. ¡Pero hecha con rosas plantadas aquí, en Allatu! ¿Conoces Persia?
Pablo decidió no pensar mucho en cuanto habrá costado esa botella.
-La verdad que no, Profe. Creo que queda en la Tierra.
-Así es. Tiene tantas cosas maravillosas, la Tierra. ¿Tu abuelo era de allá, no?
-De la vieja Argentina, sí. Por algo soy bueno con el caballo y el cuchillo...Y el fútbol, ya que estamos.
Muchos descendientes de la Tierra adoptaban la vestimenta y costumbres de sus naciones ancestrales. Pablo, habiendo nacido en las pampas de Aurora, no las adoptó, sino que se crió con dichas costumbres. Por más anacronista que un astronauta con pañuelo y sombrero pudiera parecer.
-Y sabés cebar mate. Muy importante, eso. -recalcó Uxar. -¿Crees que quedaría bien este aroma con el mate? -le preguntó.
-Lo dudo. Pero podríamos probar alguna vez...
Uxar sonrío con sus colmillos. Tomó la botella y la guardó en su túnica. Allá por los tiempos pre-Ecuménicos, cuando la nave de las antiguas Naciones Unidas UNS Perito Moreno hizo primer contacto con los Axituanos, el capitán Lionel Juan Cruz les convidó unos mates a los Honorables Senecianos de Axitua. Desde entonces, los Axituanos y los descendientes de las Naciones Rioplatenses comparten una tradición entre ellos, una que Pablo y Uxar seguían desde sus días en la Universidad de Aurora...
-Bueno Profe, conseguí las partes. Increíble que las tengan en este planeta. -Al fin dijo Pablo.
-Darwin te lo va a agradecer. -El pobre robot estaba en suspenso, apagado en la nave. Su mecanismo cargador de batería había fallado, y había que conseguir repuestos… por algo habían parado en Allatu. No convenía viajar sin un robot que automatice los viajes espaciales.
-Sin duda. -Afirmó Pablo. -Y creo que deberíamos irnos ya. No me parece que haya mucho que hacer en este planeta.
-Al contrario. Hoy aprendimos algo interesante.
-¿Ah sí? -Preguntó Pablo, con curiosidad.
-Sí. Agua de Rosas. Con rosas cultivadas aquí. ¿Sabes que significa?
-Hmm, no sé. ¿A la gente de Allatu les gusta el perfume?
-Sí, sí. Pero pensaría que estabas más atento a las plantas de tu propio mundo. Las rosas son notoriamente difíciles de cultivar. El hecho que haya agua de rosas en Allatu significa que hay cultivos de rosales. Y el hecho que haya rosales significa una de dos cosas. O que las rosas prosperan en este ambiente de forma natural, o que han descubierto formas de hacerlas prosperar. Y eso es una oportunidad económica, sí. Pero nuestro arte -para Uxar siempre era un arte, no una ciencia. -es hacer mundos habitables, vivientes. Y un mundo no solamente vive de la soja, o del manafungi. Hay que tener artesanías, esas cosas que alegran la vida de las personas. Rosas, y agua de rosas, alguna vez cultivadas en Persia, por ejemplo. Y hay que saber como lograrlo, como hacer un mundo para ello. Nosotros los terraformadores nos encargamos de eso. Somos hacedores de mundos, y de vidas. Y así aprendemos de los mundos como Allutu.
El joven terraformador no sabía si era por viejo o por lento, pero el Doctor Uxar siempre veía un poco más allá que otros, un poco más profundo, un poco mejor. Por ahí era una excusa para comprar chucherías que le gustaban, pero siempre tenía algún punto. Casi siempre.
-Entonces… podríamos tomar muestras del suelo, para ver que componentes químicos tiene para que crezcan las rosas acá, y no en otros mundos…. O quizá ver los patrones electromagnéticos para ver si los soles binarios tiene alguna influencia...-Le contestó Pablo
-...O preguntar a la señorita donde se cultivan las rosas. Tomarnos un día e ir ahí. Saber que métodos usan, que terrenos son los apropiados, que producción tienen, aprender de ellos, de su cultura, de que los llevó desde la antigua Persia hasta este planeta tan lejano. Así vemos si se pueden aplicar a otras situaciones, y más importante, entendemos un nuevo pedacito de historia. Un solo mundo como este puede darnos años de estudios de campo...
-Sí, podríamos hacerlos... -Cuando Pablo miró el cielo, no había ni un sol ni el otro. La noche estaba llegando. -Pero capaz en otro momento...
Alumno y maestro fueron caminando por las calles. Las muchedumbres se hacían menos densas, los puestos empezaban a cerrar, las naves buscaban un hangar para pasar la noche. Allutu era un mundo tranquilo, y Pablo era rápido con un facón y un raygun, pero acá, en la frontera, lejos de las brillantes ecumenopólis y esferas dyson de la Ecumene, uno nunca se sentía del todo seguro.
Pero las ciudades tampoco le traían mucha seguridad. Irónicamente, Pablo se sentía mucho más cómodo en el medio de un pastizal, de un bosque, bajo un cielo lleno de estrellas, que en una ciudad llena de desconocidos, habitada por muchas más personas de las que un ser humano haya evolucionado para conocer y confiar.
-Te veo apurado, Pablo.
-El pobre Darwin debe estar desesperado por un poco de batería… Pero aparte, no me gusta andar mucho por los espaciopuertos. Muchos ladrones, vos sabés. Y gente rara.
-¿Como gente rara?
-Vos sabés. ¿Te acordás esa vez que te quedaste hablando con un tipo que decía que era la reencarnación del Imperator Julián IV?
-Ah sí, -se río. -Un personaje interesante, sin duda.
-Sí, interesante Profe… ¡Pero siempre nos quedamos hablando con alguno de esos personajes, y después nos metemos en cosas que no nos comp-!
-¡Doctor Uxar! -los interrumpió una voz femenina.
La mujer, un poco más alta que Pablo, estaba vestida en una túnica que parecía hecha de piedras preciosas cosidas entre ellas. Su cabello era dorado metálico, tirando hacia el bronce, y su piel era del color de la misma noche. No como la piel morena de Pablo, o como un tono de piel humana, sino del color del mismo cosmos, como el cielo nocturno, como el espacio entre las estrellas. Quizá lo más impactante, eran los… ¿tatuajes? ¿luces? Que circulaban por sus brazos, piernas, y rostro. En forma de estrellas, se transformaban en constelaciones que desaparecían en segundos, a veces explotando en lo que parecían ser mini-novas, un patrón hipnótico y maravilloso, claramente innatural.
Sus ojos parecían ser rojos, pero a Pablo le intimidaban un poco verlos con detalle. Pensó en agarrar el facón, pero creyó que no iba a servir de mucho contra un ente que tenía toda la razón en auto-llamarse Ángel.
El par de científicos quedó mirándola, como exigiéndole una explicación con sus rostros.
-Mi nombre es Estela -finalmente se presentó. -y soy una Ángel Imperial, en misión por orden de su majestad imperial, la Imperatrix Sonia II. Por el poder emitido en mí por la Potestas Angelica, exijo su colaboración por el bien de la Ecumene...
-¡Viste, te dije, Profe! ¡Gente rara! -le susurró Pablo, sin pensar.
Los pocos mercaderes que quedaban dando vuelta en el espaciopuerto echaban miradas sospechosas. Pero nadie se animaba a interferir entre un Ángel Imperial, un Axituano de 2 metros… y un gaucho espacial. Bueno, quién sabe lo que podía hacer el flaco.
Uxar quedó pensando. La mujer lo miraba atentamente. Pablo, que nunca había visto tanta determinación en el rostro de una persona (con una sola excepción) esperó a ver que respondía. (Y vio que los ojos del Ángel eran rojos, ¡como Arcturus, o Betelguese! ¡Zarpado!)
-Bueno, Estela, ¡acompáñenos a nuestra nave! Justo da la casualidad de que compré unos ingredientes muy interesantes acá en Allutu, y un señor del puesto de acá me sugirió unas recetas sinceramente espectaculares. Me puede contar mientras cocino una torta… capaz unas galletas con esta agua de rosas, ah, ¡también había mandarinas gaminedianas! ¡No te conté eso, Pablo!
-Profe…
-Doctor… -Continuó Estela. -Como Ángel Imperial no requiero alimentos…
-No importa eso, ¡Es cortesía! Acá mi alumno Pablo prepara unos mates y hablamos...
-¡Profe!
Estela recordó que el “mate” era una bebida muy común en las colonias humanas de la constelación de Avis Fornacis, y un continente de la Vieja Tierra. Y también entre los Axituanos. No era de su interés, pero debía saber las costumbres de todos los pueblos de la Ecumene para sus misiones.
-Tampoco requiero… mate, Doctor. Sólo necesito que escuche las órdenes de la Imperatrix...
-Ya va a haber tiempo para eso, Señorita Estela. Soy terraformador. Lo mío es puro tiempo. Ahora, vamos a la nave y tomemos unos mates…
Uxar empezó a caminar hacia el hangar. Estela lo vio, y Pablo juró que se le escapó un suspiro mientras lo empezó a seguir. Pablo los siguió, también. ¿Y que más se podía hacer?
Iba a ser una mateada interesante.
…
Continuará...
…
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